Este año no hubo pastel para la obra inconclusa. Hoy hace cinco años fueron derribado el mercado de Tampico y lo recordaron trabajando ya en las nuevas instalaciones.
La rampa de la calle Héroes del Cañonero y que da acceso al segundo nivel de las nuevas instalaciones está abierta, ya comienzan los comensales a buscar sus puestos de confianza.
Desde los mariscos, las flautas hasta los chiles rellenos, el caldo de verduras, entre otras, son algunas de las opciones que tienen los ciudadanos para disfrutar de un momento agradable.
En plena pandemia, un momento lleno de restricciones, es aprovechado por algunas familias que acuden a inaugurar los nuevos establecimientos, los cuales le comienzan a dar vida al nuevo mercado.
"Ahora nos tocó celebrar trabajando aquí en los nuevos mercados, nos da mucho gusto y nada más nos acordamos de los pasteles que hacíamos porque la obra no se terminaba", indicó Gloria Zubieta, dirigente de los locatarios, con los ojos llenos de agua.
Apenas el 15 por ciento de los locatarios ha llegado a las nuevas áreas de trabajo, pero se estima que conforme llega el fin de mes más se vayan abriendo.
Ya los tampiqueños llegan a tomarse fotos desde adentro, ocupan las bancas destinadas a consumir los alimentos que compren en los diversos locales y hasta la oportunidad de tomar fotos del centro histórico.
Fue un 22 de agosto de hace cinco años que por la madrugada comenzó el desalojo de los mercados porteños, para posteriormente comenzar a derribarlo, entre lágrimas y mucha tristeza, recordaron.
"Pensamos que nunca los iban a terminar", recordó la comerciante, mientras ve como sus antiguos clientes no la han dejado sola y vuelven al sitio en el que solían comer hace algunos años.