Cuando de destinos turísticos se trata, Metepec, en el Estado de México, resalta por sus artesanos de barro cuyas obras adornan salones de presidentes de todo el mundo e incluso de personas de la realeza; cuenta con bebidas que tienen casi un siglo de tradición y además ha sido testigo de diversos pasajes históricos.
Ubicado en el Valle de Toluca, este municipio es hogar de Hilario Hernández Sánchez, maestro artesano del taller familiar “El Sol”, de la familia Hernández Sánchez y que de acuerdo con sus integrantes, tiene una tradición de trabajo de barro de por lo menos ocho generaciones.
Si bien comenzaron con la elaboración de piezas de barro de utileros, hoy están especializados en la preservación de elementos culturales como son el sol, la luna, la Tlanchana, los jarros, entre otros.
“La gente nos conoce como ‘los toscos’, nosotros nos dedicábamos a la elaboración de platos, ollas, jarros, inclusive hasta cucharas de barro que se habían en aquellos tiempos. Posteriormente fuimos evolucionando hasta llegar a los árboles de la vida, pero básicamente el taller se dedica a la elaboración de todo”, dijo.
Con más de 46 años de artesano activo y 52 de vida, Hilario ha logrado posicionar el trabajo de los artesanos del barro de Metepec a nivel internacional, ya que varias de sus piezas han terminado en museos o han sido elaboradas para integrantes de la política o la realeza en el mundo.
“Piezas importantes que han salido de aquí del taller, una pieza se le hizo a la reina Isabel, está en el palacio de Buckingham, lo sabemos porque se publicó, está considerado dentro de los 200 regalos más importantes que se le han hecho a la reina. Un árbol de la vida de 2 metros y medio está en los museos del Vaticano, se hizo para su santidad Benedicto XVI; un árbol de la vida lo tiene el Papa Francisco; le hicimos un árbol de la vida a Barak Obama, el presidente Lula da Silva”, dijo.
El árbol de la vida, símbolo de tradición
Los árboles de la vida son representaciones hechas con barro que van desde los 5 milímetros hasta 2.5 metros de altura y que tienen como origen la representación de pasajes de la biblia. Para obtener los conocimientos necesarios, durante años aprendices eran aleccionados con apoyo de la iglesia, ya que acudían a observar las figuras para después crear nuevas con barro.
“Todas las piezas son básicamente sacadas del árbol de la vida, es muy importante seguir preservando rasgos como los ojos, la luna, el sol, Adán, Eva, porque lo que nos cuentan es que para la elaboración de los árboles de la vida, los artesanos de Metepec iban a las iglesias y de las iglesias sacaban las posiciones, entonces, cualquier artesanía de Metepec va a ser indudable que se parezca”, dijo.
En la actualidad los árboles mantienen temáticas diversas, sin embargo, el trabajo de cada uno de estos artistas sigue siendo meticuloso, ya que para hacer una obra de este tipo se debe de contar una historia, “o que los viejos antiguos decían, un evangelio pequeño”, rescata el artesano.
Este arte es único en México tanto por su instrucción, origen y detalle, por lo que los artesanos aprecian y rescatan sus tradiciones, a pesar de que han tenido que hacer ajustes a lo largo de la práctica, como son el lavar el barro para que no tenga contaminantes, utilizar pinturas amigables con el medioambiente, cocinar las piezas con gas en lugar de leña, sin sacrificar el simbolismo y significado de este trabajo hecho a mano.
Metepec histórico
A 49 minutos de la Ciudad de México se encuentra Metepec, cuyo nombre es de origen es náhuatl y se traduce en Metl que es maguey, pepetl que es cerro y la co que es un locativo, por lo que se traduce de la siguiente forma “en el cerro de los magueyes”, de acuerdo con Eduardo Gómez Montaño, responsable de Promoción Turística del municipio.
Explicó que la región cuenta con una historia indígena de cientos de años. “Anteriormente a la cultura mexicana que llega aquí en 1476 aproximadamente con los grupos de Atzayacatl, ya había ocupación anterior por parte de los Maltlazincas, de los Otomis, de grupos olmecas que igualmente de su tránsito”.
“Tiene registro de 1500 antes de cristo, de los cuales se han encontrado algunos vestigios o algunas muestras constructivas en el cerro de los magueyes, que es el punto icónico de Metepec”, dijo.
Desde 2012 es considerado Pueblo Mágico por sus artesanías de barro, pero también cuenta con otros elementos históricos que lo hacen relevante.
“Aquí pasó un 28 de octubre de 1810 Miguel Hidalgo con ejército insurgente, siendo parte de la ruta de independencia de este lugar, por lo cual en el año 2010 en el hombro como Pueblo con Encanto del bicentenario”, dijo.
Aunado a ello, explicó que hay otras traiciones más recientes que hacen al municipio como un espacio para el turismo, como son la producción de la Garañona, una bebida que desde 1932 se ofrece en el “Bar 2 de abril”; se cuenta con el récord Guinness de la olla de barro más grande del mundo; hay muestras de arquitectura virreinal con la parroquia de San Juan Bautista; entre otros.
PNMO