“Mi mamá ya no va a poder trabajar, se va a deprimir”, cuenta familiar de víctima de L12

El día del incidente Adriana regresaba de trabajar, faltaba una estación para llegar a su destino cuando la trabe se venció y el vagón de Metro cayó.

Clara Angélica Eredia Galván, hija de víctima del derrumbe. (Kenia Hernández)
Kenia Hernández
Ciudad de México /

Clara Angélica Eredia Galván lamenta que, tras el derrumbe de una trabe de la Línea 12 del Metro, su madre Adriana Pinal, de 60 años, ya no podrá laborar, situación que la deprimirá, pues asegura que “es muy trabajadora, esto le va afectar mucho, se va sentir muy triste. Aunque ha tenido gripe y otras cuestiones de salud, sigue adelante. Se mantiene de lo que hace”.

“Su estado de salud ahorita lo reportan como delicado, tiene traumatismo craneoencefálico, esguince cervical y contusiones en el cuerpo. Me comentan que tiene oxígeno para evitar algún movimiento en su cabeza que no debe, para que no se esfuerce. En el transcurso del día puede que ya le empiecen a dar otros alimentos”, lamentó desde afuera del ISSSTE Tláhuac, donde su mamá se encuentra internada.

Según su testimonio, el día del incidente Adriana regresaba de trabajar, faltaba una estación para llegar a su destino cuando la viga se derrumbó. Su madre le relató que alguien logró jalarla, evitando que cayera, por lo que resultó casi ilesa del incidente y logró salir caminando del Metro.

Más tarde, Adriana salió de la estación y se sentó en la banqueta, hasta que se encontró con un familiar, quien la llevó a su casa en un taxi. Sin embargo, al darse cuenta que sus comentarios no tenían coherencia decidió llamar al 911, y minutos más tarde llegó una ambulancia del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), que la llevó al hospital en Tláhuac.

“Mi mamá limpia casas, era su ruta de todos los días, ir y venir en el Metro. Le faltó una estación para llegar, ella se baja en Nopalera. No se acuerda si la alcanzaron a jalar por la ventana, ni cuando tocó piso, sólo alcanzó a escuchar llorar unos niños. Me comentó que quiso querer caminar lo más que pudiera. 
“Un primo la llevó a la casa, ella no se podía bajar del taxi, le dolían mucho las piernas y cabeza, que se quería dormir un rato. Después empezó a decir incoherencias, que ya se tenía que ir a trabajar, cuando apenas había regresado”, aseguró.

Con lágrimas, Clara externó que quizá fueron muchas las ganas de su mamá por salvar su vida. Ahora, su esperanza está puesta en la recuperación de Adriana, mientras, espera el compromiso por parte de las autoridades capitalinas ante las posibles secuelas.

“Con la fractura que tiene en el hueso, que se hicieran responsables. Honestamente, mi mamá es muy trabajadora, por eso que la apoyen con sus gastos personales, por lo menos”, recalcó.

El día que trasladaron a su madre a la unidad médica, dijo, la fiscal Ernestina Godoy les compartió su número personal para darle seguimiento.

LP

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