El 19 de junio de 2005 daban el banderazo para que una flota de 80 unidades diera servicio en la Línea 1 del Metrobús de la Ciudad de México que corría inicialmente de Indios Verdes a Doctor Gálvez, sin embargo, también fue el inicio de muchas manifestaciones en contra de la construcción de sus ahora siete líneas que transportan alrededor de 1.5 millones de personas.
Diputados, ambientalistas, vecinos, comerciantes, taxistas y conductores de transporte fueron algunos de los personajes que a lo largo de tres lustros se opusieron o criticaron la construcción de esta red de transporte que actualmente tiene 727 unidades, que recorren 140 kilómetros.
Este servicio de transporte ha visto pasar a cuatro jefes de Gobierno y actualmente, con Claudia Sheinbaum se ha enfrentado a las críticas, incluso demandas, causadas por la construcción o ampliación de las líneas.
2005
Cuando el ahora presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, era jefe de Gobierno y Claudia Sheinbaum era titular de la Secretaría de Medio Ambiente, se enfrentaron a las protestas de microbuseros que acusaban que tras el funcionamiento de la primera línea se perdieron alrededor de 500 empleos de la Ruta 2.
A estas inconformidades se sumó la exigencia de ambientalistas para que la zona donde fue construida la Línea 1 fuera reforestada, además, organizaciones de la sociedad civil exigieron mejores señalamientos a lo largo de la ruta para evitar accidentes.
Mientras que personas con alguna discapacidad exigieron que la línea tuviera señalización para sordos, rampas con menor pendiente, sistema de lectura Braile, incluso pasamanos para adultos mayores.
2007
La construcción de la Línea 2 no sólo iba a traer más movilidad a la capital, también acarreó protestas de choferes de microbuses y de diputados que estaban en contra la de la nueva ruta que correría por el Eje 4, por lo que se manifestaron en Cuauhtémoc y Xola.
2008
Por si no fuera suficiente con las protestas y reclamos de transportistas y vecinos, en marzo de 2008 se anunciaba el primer aumento a la tarifa del Metrobús, que inicialmente era de 3.50 pesos. Una de las más acérrimas críticas a este transporte fue de la panista Mariana Gómez del Campo, quien en ese entonces era la dirigente del partido blanquiazul en el Distrito Federal.
La diputada en compañía del legislador Jacobo Manfredo Bonilla realizaron un volanteo en Indios Verdes en contra del aumento, que a la postre terminó por ocurrir.
En diciembre de ese mismo año se anunció un segundo aumento a la tarifa, por lo que el boleto para el servicio diurno costaría 4.50 pesos y 5 pesos el nocturno.
2009
Las obras de la Línea 2, que va de Tacubaya a Tepalcates, ya estaban en curso y algunos vecinos de la zona por donde pasaría la ruta se quejaron sobre las afectaciones y fue la diputada Gómez del Campo quien realizó recorridos por algunas de las estaciones que eran las más conflictivas.
2010
Este año, cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno, no sólo transportistas siguieron con las protestas, sino también vecinos que se oponían a la construcción de la Línea 3.
La Línea 3 “hacía su arribo” al sistema y con ello la inconformidad de vecinos de Tlatelolco quienes protestaron en enero para expresar su oposición de la nueva ruta, que corría de la zona de Tenayo en Tlalnepantla, en el Estado de México, hacia el centro de la capital.
En agosto, transportistas salieron de la Plaza de las Tres Culturas rumbo al Zócalo para exigir que se les incluyera participar como concesionarios en la Línea 3, pues la entrada de las línea ADO obligaría a sacar de circulación a las rutas de transporte 1, 3 y 88, según dijeron los inconformes.
Un mes más tarde, en septiembre, choferes encabezaron una manifestación integrada por cuatro contingentes que llegaron al Zócalo para exigir que se detuvieran los proyectos de los corredores cero emisiones.
En diciembre las protestas volvían, varios vecinos realizaron un plantón sobre la diagonal San Antonio, en la colonia Narvarte, para pedir que se pararan las obras, pues señalaron el daño ambiental que haría el proyecto.
Esta manifestación tuvo como respuesta la llegada de granaderos, quienes los replegaron y custodiaron la construcción.
2011
La Línea 4 estaba en camino y las protestan también: vecinos, y comerciantes acudieron ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para que realizara un peritaje sobre las afectaciones de las obras en el primer cuadro de la ciudad.
De inmediato se conformó un frente de vecinos y comerciantes de La Merced, Ayuntamiento, República de El Salvador, Belisario Domínguez y la Unidad Kennedy para parar el Metrobús, que ya había provocado pérdidas en las ventas de los comercios aledaños. Ellos aseguraron que el proyecto era una decisión improvisada y autoritaria.
Después de varios días de protestas llegaron a la zona un centenar de granaderos que se coloraron en las calles Belisario Domínguez y República de Venezuela, desde el Eje Central hasta República de Argentina, para abrir cuatro frentes de obra en menos de 12 horas.
Representantes vecinales se quejaron ante la CDHDF por agresiones de granaderos hacia habitantes del lugar, además aseguraron que funcionarios del gobierno del Distrito Federal, sin identificación, buscaban desalojar a 18 familias del predio 40 de Justo Sierra.
2013
En marzo se anunciaba el aumento de la tarifa que pasó de 5 a 6 pesos, lo que provocó inconformidades por parte de los usuarios del transporte público, ya que también se aplicó a camiones, vagonetas y taxis.
2014
La Línea 6 también provocó malestar en los vecinos de la colonia Lindavista, quienes se apostaron en la avenida Montevideo e Instituto Politécnico Nacional para pedir que las obras, que irían de la Alameda Oriente hacia El Rosario, no pasaran sobre avenida Montevideo.
2017
La construcción de la Línea 7 fue suspendida de manera temporal de la Estela de Luz hasta la Fuente de Petróleos, luego de que vecinos de las delegaciones Gustavo A. Madero, Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc pidieron la cancelación tras días de protesta. En respuesta, el gobierno informó que analizaría modificar el trazo de la ruta.
2019
La administración de Claudia Sheinbaum anunciaba su programa de movilidad en la capital, cuyos ejes eran el fortalecimiento y ampliación del transporte público, entre ellas la ampliación de la Línea 3, por lo que aseguró que se realizaría una consulta para conocer la opinión de los vecinos.
En noviembre, colonos de la Narvarte iniciaron protestas y bloqueos a la altura de la avenida Cuauhtémoc para pedir una nueva consulta ciudadana, pues aseguraron que no se difundió el proceso y por tanto los resultados no reflejaban la opinión de los habitantes de la zona.
La Semovi reviró que en la consulta habían participado mil 418 personas, de las cuales el 52 por ciento estuvo a favor de la ampliación, mientras que el 38 por ciento rechazó el proyecto y el 6 por ciento mostró apoyo parcial.
Los bloqueos de los vecinos se prolongaron hasta marzo de 2020, luego de que el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) no diera solicitud para realizar una consulta pública ciudadana en la alcaldía Benito Juárez para frenar el proyecto.
Aunque aún no se conoce la fecha exacta ni la inversión, la Secretaría de Movilidad (Semovi) anunció que la Línea 4 se ampliará de San Lázaro hasta Pantitlán.
Ampliación Línea 5
Desde 2018 ya se habían iniciado obras de lo que sería la ampliación de la Línea 5, pero en 2019 la jefa de Gobierno, Claudia Sheinaum, anunció que la línea llegaría a La Noria.
Con este proyecto se busca ofrecer “transporte digno y seguro” en casi 50 colonias de Coyoacán, Iztacalco, Iztalapapa, Tlalpan y Venustiano Carranza al beneficiar a 135 mil personas diariamente y la reducción del 30 por ciento del tiempo de traslados, al tener conexión con cuatro líneas del Metro y dos del Metrobús.
Se prevé que este proyecto saque de operación a por lo menos 300 autobuses.
EB