Ser mexicano es no conocer fronteras, tener la capacidad de adaptarse a cualquier lugar del mundo sin importar el idioma, el clima, la religión o estar del otro lado del planeta.
Bien dicen que a donde vayas encontrarás un mexicano y en Glasgow no se da la excepción; en la capital de Escocia hay un grupo de mexicanas y mexicanos que ya echaron raíces en tierras británicas y se las ingenian para no dejar atrás las costumbres con las que crecieron en su amado México.
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Rosario Bonilla es originaria de Ensenada, Baja California y desde hace 17 años forma parte de la comunidad mexicana en Glasgow. Su partida al viejo continente se debió a la fuerza más grande del mundo: el amor. A pesar de tener a sus hijos y hasta un nieto sin conocer en México, manifiesta su felicidad y la voluntad de quedarse para siempre en la ciudad que ahora es su hogar.
Los mexicanos en Glasgow no conocen imposibles, si el maíz, tomate verde, el chile o los frijoles no son productos que puedan adquirir con facilidad, consiguen las semillas desde España, las plantan y luego las cosechan para compartirlas entre ellos. Pero si alguien tiene “una vuelta” para la tierra querida, se traen hasta los dulces típicos mexicanos que en Escocia llegan a venderse hasta en casi 7 libras (193 pesos mexicanos) casi 8 veces su valor original.
Le hacen honor al mexicanismo “les encanta andar en el mitote” y cualquier oportunidad es un buen pretexto para juntarse y celebrar. Por ejemplo, hace unos días en México se celebró el Día de Muertos y ellos no se quedaron fuera de esta tradición; consiguieron los insumos e hicieron su propio pan de muerto que compartieron gustosamente con sus familias (la mayoría ya escocesas).
La religión tampoco es un obstáculo, pues a pesar de que un 15.9 por ciento de católicos en Escocia no se puede comparar contra el 72.7 por ciento que hay en México, ellos mantienen viva su fe y creencias acudiendo a misa incluso en compañía de sus familiares de religión protestante.
Podrán haber pasado muchos años desde que dejaron su México lindo y querido, pero el ser mexicanos nunca saldrá de ellos; porque eso lo llevan en la sangre, les brota por los poros y lo presumen con orgullo.
DA