A partir del 2018, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) inició uno de los programas más importantes para la juventud que atraviesa problemas por conductas antisociales bajo el nombre de “Mexiquense ¡date un chance!”, un equipo interdisciplinario ayuda a estos adolescentes a retomar su camino, a buscar alternativas para mejorar su vida y su relación con el entorno, programa que ha sido un éxito en voz de los que se encuentran en proceso y los que ya se han graduado.
Desde su creación a la fecha, suman 6 generaciones con un total de 490 adolescentes que han logrado desarrollar habilidades lejanas a conductas antisociales. Los jóvenes llegan a este programa tras haber cometido alguna falta no grave, pero que pueden resolver a partir de la reparación del daño y la justicia restaurativa.
Si bien motivos por los cuales han llegado a este punto no son de gravedad, de no atenderse a tiempo los puede llevar a realizar actos delictivos de gravedad en su adultez; por eso el equipo de la Fiscalía trabaja con ellos para que puedan retomar hábitos saludables y el éxito se ve reflejado en las palabras de los que han sido parte de estas seis generaciones.
Control de ira
Braulio tiene 18 años y es de Naucalpan; el joven ingresó a este programa poco antes de cumplir la mayoría de edad, debido a un conflicto con uno de sus compañeros de escuela, lo cual derivó en un caso de lesiones; sin embargo, cumplió los requisitos para “Mexiquense ¡Date un Chance! y en tan solo seis sesiones él ha logrado controlar la ira con ayuda de los psicólogos.
“El proceso me ha gustado, ya que me ha dado confianza en sí mismo, como tratar a la demás gente, como reaccionar y controlar mis emociones”, explicó.
Pero controlar la ira no ha sido lo único, también este programa le ha permitido desarrollar habilidades para poder desempeñarse mejor en las actividades escolares y con esto poder finalizar una carrera universitaria en el futuro.
“Ahorita mi meta a corto plazo sería terminar mi preparatoria, ya que es técnica me dan un título y con ese título ya puedo entrar a una universidad e igual acabarla y tener un buen empleo”.
Seguir los estudios
La mayoría de las y los jóvenes que culminan este programa tienen como objetivo enfocarse en sus estudios; tal es el caso de José, un menor solo 16 años que también cometió una falta, pero que aprovechó este “chance”, toda vez que los meses que pasó por este proceso se enfocó de tal manera que ahora pretende finalizar sus estudios de secundaria y dar el siguiente paso a la preparatoria.
“El programa me ayudó mucho, me dio oportunidad de seguir con mi estudio; ahorita ya tengo día para ir a hacer mi examen de admisión”.
Pero no es fácil – explica José – ya que al llegar aquí sienten nervios, temor e incluso rechazo porque no saben qué es lo que les espera, pero al paso de las sesiones van entendiendo el beneficio del programa.
“Al principio sí me sentí espantado, asustado por lo que hice, pero ahorita ya me siento relajado”.
Adiós agresividad
Otro de los jóvenes de la última generación es Carlos, también es menor de edad y también tuvo un conflicto que lo trajo hasta aquí, pero todo fue para bien, pues ahora sabe controlar sus emociones y evitar las reacciones agresivas que anteriormente manifestaba.
“Yo reaccionaba de una manera agresiva ante un problema; emociones de enojo… solo era en la escuela cuando se presentaba un problema”.
Ahora que Carlos ha cambiado su manera de pensar, cree que hay muchos adolescentes que desafortunadamente atraviesan problemas similares y que lo pueden llevar a cometer conductas antisociales, por lo que considera que debería haber programas como este para atenderlos antes de cometer una falta.
Trabajo psicológico
Juan Francisco Sánchez Vargas, psicólogo adscrito a la FGJEM, señaló que ser parte de Mexiquense ¡Date un Chance! ha sido todo un reto, pero poco a poco han perfeccionado los procesos de ayuda a las y los adolescentes, y es que para ellos esto significa aportar un granito de arena para contribuir a la paz social.
“El ir mejorando el programa nos ayuda a ser más eficientes, contribuir a la paz social con los adolescentes, darles una oportunidad, una perspectiva distinta de la que están acostumbrado socialmente”.
Explica que cuando llegan tras cometer una falta, su labor consiste en atender al adolescente y su entorno, desde su ambiente familiar, relación con vecinos y desempeño escolar.
“Como es la dinámica familiar, que es un parteaguas muy importante para la comisión de muchos de los delitos, porque hemos visto que la desintegración familiar contribuye mucho a este tipo de conductas antisociales”.
Una vez que están dentro del programa los psicológicos dan seguimiento semanal en los Centros de Integración Juvenil de sus municipios para identificar su progreso; no obstante, después de que ellos finalizan el programa, también se hace una evaluación mensual para supervisar el desarrollo.
“Les damos un seguimiento de manera mensual para ver como es que ha funcionado el programa, los avances ya sin estar en el programa en sí”.
Familias
Por su parte, Abigail, quien es oficial conciliador en el área de Trabajo Social, refiere que no basta solo con el compromiso de los adolescentes, también es necesario el apoyo y acompañamiento de los padres de familia para que sea un trabajo integral que involucre a madres y padres.
“Que también ellos sean una herramienta para el adolescente, para el hijo y que no cueste trabajo, entonces es un punto principal para motivar”.
Y es que no hay una “varita mágica” para que los adolescentes cambien de un día para otro, es un trabajo constante que depende del compromiso de las partes involucradas, para que al final ellos hagan conciencia y en su momento puedan tomar las mejores decisiones.
“De todas las opciones alternativas que a ellos se les brinden, ellos lleguen a tomar la mejor decisión que les convenga, no solo para el adolescente sino para su familia, para su entorno”.
De acuerdo con Marcela Mora Córdoba, coordinadora general de Atención Inmediata y Justicia Alternativa de la FGJEM, este programa que surgió en 2018 fue creado en atención al incremento de la violencia cometida por adolescentes y su relación con el consumo de drogas y alcohol.
“Después de ese estudio–análisis, en noviembre de 2018 dio inicio Mexiquense ¡Date un Chance! con una generación piloto de 25 adolescentes de diferentes edades; el programa en materia penal de adolescentes que cometieron un delito es de los 12 años hasta antes de los 18 años”.
El programa rindió frutos y recientemente se graduó la sexta generación, con lo que desde su creación suman 490 adolescentes que han participado con sus familiares, siendo el Estado de México, a través de la Fiscalía mexiquense, la primera entidad en crear un programa con estas características; es decir, no solamente hay una reparación del daño, los menores infractores reciben este apoyo para evitar que vuelvan a incurrir en una falta.
Conductas antisociales
Marcela Mora, quien es creadora de este programa, puntualizó que la mayoría de conductas antisociales que no son de alto impacto cometidas por los adolescentes que entran al programa son robo simple, robo con violencia moral, lesiones, conductas sexuales no graves.
“Básicamente esos son los delitos de mayor incidencia dentro del catálogo de no alto impacto”.
De esta manera se llevan a cabo procesos terapéuticos desarrollados en varios módulos, en donde buscan las causas que orillaron a los adolescentes a cometer la falta y atender a partir desde ese punto para que pueda reinsertarse a la sociedad. Por ello Mora Córdoba manifestó que Mexiquense ¡Date un Chance! es un programa que llegó para quedarse y contribuir a la paz de los mexiquenses.
BAFG