En Hidalgo hay 129 empresas mineras las cuales generan tres mil 314 empleos, una producción anual de 17 mil 626 millones de pesos, sin embargo, su actividad en la entidad también produce contaminación en ocho municipios.
Las mineras metálicas más importantes ubicadas en el estado son: Minera Autlán, asentada en los municipios de Molango, Tlanchinol, Xochicoatlán, Lolotla y Tepehuacán de Guerrero, de la que se extrae manganeso; Carrizal Mining, Beneficiadora la Purísima y Sago Import Export, localizadas en Zimapán, las cuales producen plomo, zinc y cobre; y Real del Monte y Pachuca, que tiene como producto la plata.
En tanto, entre las principales empresas mineras no metálicas están: Caleras Bertrán en Atotonilco de Tula, la cual produce cal; Fosforita de México en Zimapán que tiene una producción fosforita para fertilizante; Química ATSA que trabaja carbonatos de calcio grises y blancos; Mapei en Zimapán, que genera materiales para la construcción; y Productos Mexicanos de Cantera con una producción de laminados, productos de mármol y cantera.
De acuerdo con la Secretaría de Desarrollo Económico, Hidalgo ocupa a nivel nacional el primer lugar en la producción de manganeso, cemento, grava, arcillas, puzolana y rocas dimensionables; el segundo sitio en fosforita y calcita; el tercer lugar en arena y yeso; el séptimo en cobre y plomo; y el octavo en zinc.
Con los 17 mil 626 millones de pesos anuales en producción minera, precisa la dependencia, el estado ocupa el lugar 14 a nivel nacional.
En la entidad también están asentadas las empresas cementeras de Cruz Azul en Tula de Allende; Cementos Fortaleza que tiene presencia en Santiago de Anaya, Tula de Allende y Atotonilco de Tula; y Cementos Mexicanos (Cemex) que se encuentra asentada en Atotonilco de Tula y Huichapan, las cuales son unidades minero metalúrgicas y de transformación no metálicas.
La Sedeco precisa que en Hidalgo hay un total de 403 concesiones mineras. Los permisos para las concesiones de las empresas mineras los otorga la Secretaría de Economía del Gobierno federal a través de la Subsecretaría de Minería.
Zonas mineras y producción
De acuerdo con el Panorama Minero del Estado de Hidalgo, elaborado por el Servicio Geológico Mexicano (SGM), el estado tiene una superficie de 20 mil 836 kilómetros cuadrados de los cuales el cinco por ciento está concesionado a las empresas mineras.
El documento señala que las regiones mineras metálicas en el estado son: Zimapán de la que se extraen oro, plata, plomo, zinc y cobre; lo mismo que en Jacala-Nicolás Flores y Pachuca-Actopan; en tanto en Molango se obtiene manganeso.
De igual modo, las regiones mineras no metálicas de la entidad están en: Pachuca-Atotonilco-Actopan de donde se extraen arcilla, arena sílica, cantera y agregados pétreos; Tulancingo donde se extrae piedra pómez, pumicita, cantera, bentonita; Agua Blanca, caolín, arcillas y barita; en Zacualtipán se extrae caolín, arcillas y obsidiana; en El Cardonal, diatomita, caliza y canteras; Huichapan-Tecozautla, mármol, calizas y canteras; en la Huasteca, bitumen carbonoso; Pacula, fosforita; Zimapán, mármol y caliza; y Tula, caliza, arcillas y caolín.
El anuario estadístico de la Minería Mexicana Edición 2019, del Servicio Geológico Mexicano, señala que en el último año Hidalgo tuvo una producción metálica de 115 toneladas de oro, 91 mil 342 toneladas de plata, cinco mil 317 toneladas de cobre, 197 mil 292 toneladas de manganeso, seis mil 878 toneladas de plomo y 24 mil 767 toneladas de zinc.
Así como una producción no metálica de agregados pétreos, andesita, arcillas, arena, azufre, basalto, calcita, caliza, cantera, caolín, dolomita, fosforita, grava, piedras preciosas y semipreciosas, puzolana, riolita, rocas dimensionables, tepetate, tezontle, yeso y zeolita con un total de 69 millones 423 mil 194 toneladas.
La producción metálica en el estado ascendió a cuatro mil 608 millones 704 mil 985 pesos y la no metálica a 13 mil 18 millones 60 mil 416 pesos para un total de 17 mil 626 millones 765 mil 402 pesos.
La contaminación
En el proceso para la extracción de materiales las empresas mineras no solo generan una derrama económica sino también contaminación. Varias de ellas han sido señaladas en Molango, Zimapán y Atotonilco de Tula.
La presidenta del Movimiento Ambientalista de la Sierra Hidalguense, Griselda Bautista Paredes, señala que la Minera Autlán, la cual extrae manganeso, genera contaminación a la tierra, agua y aire de la zona.
Dice que la empresa tira diesel, aceite y agua sin tratar a través de un canal que va a dar al río Claro en Molango y Tepehuacán de Guerrero además expulsa ceniza de sus hornos que aunque la colocan en un lugar específico con las lluvias se escurre hacia los arroyos y al río.
La activista cuenta que la empresa despide un gas de un mal olor el cual es percibido por los pobladores, pica la garganta y con ello contaminan el aire en Lolotla, además de realizar hoyos sobre el suelo como respiraderos de los cuales salen polvos negros que se adhieren a la vegetación, no permite su reproducción con lo que se contamina la tierra en Tepehuacán de Guerrero, Tlanchinol y Lolotla.
Dice que el problema de la contaminación se tiene desde los años 90 sin que las autoridades federales y estatales hayan hecho algo para que se tenga una solución en favor de los municipios.
Metales pesados
El diputado local por el distrito de Zimapán, Víctor Osmind Guerrero Trejo, dice que de acuerdo con estudios realizados por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) las mineras no solo generan derrama económica en Zimapán sino también contaminación.
Cuenta que tan solo en la cabecera municipal hay entre siete y diez montañas de jales -residuos de las mineras- los cuales tienen metales pesados como arsénico y plomo que se filtran al subsuelo, llegan hasta los pozos de agua y esta es consumida por los pobladores.
Precisa que hay más de 20 millones de metros cúbicos de jales generados por el procesamiento de la minería en Zimapán.
“Ha habido desbordamientos de las presas de jales debido a las lluvias y el polvo fino con los metales pesados se esparce por todas las barrancas en donde el agua se utiliza para los sembradíos y para los animales y esto también es sumamente grave”, dice.
Dice que tan solo en la comunidad de San Francisco, hay veinte veces más de jales de lo que se tiene en la cabecera municipal en donde está instalada la mina Carrizal Mining.
“Y esta mina ha hecho un desastre ambiental en toda esa zona porque continuamente se llegan a romper las presas de jales y obviamente se esparce todo el desecho con los metales pesados a través de las barrancas”, alerta el legislador local de Morena.
Menciona que los ciudadanos han iniciado denuncias en contra de las mineras, sin embargo las autoridades estatales y federales no han hecho nada para que dejen de generar la contaminación.
Lamenta que las empresas mineras no respeten las leyes ambientales pues la contaminación se ha venido denunciando desde el 2013 ante la afectación de entre 20 y 30 comunidades de Zimapán.
Cementeras y caleras
El presidente de la Sociedad Ecologista Hidalguense (Sehi), Marco Antonio Moreno Gaytán, asegura que las cementeras y caleras en Atotonilco de Tula y Tula generan contaminación y no cumplen con las normas oficiales mexicanas en materia de medio ambiente.
“Liberan polvos, partículas suspendidas en el aire provenientes de sus bandas de transportación de producto por un lado, queman desechos tóxicos y peligrosos en sus hornos pero además está la devastación que generan en esa zona, es decir se han acabado cerros completos, han dejado hoyancos inmensos y se presumen sustentables”, explica.
Señala que las empresas cementeras y caleras deben ser reguladas y auditadas por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) de manera constante y que la dependencia federal deje de simular.
El investigador en materia de minería, Francisco Patiño Carona, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), dice que la minería es una actividad histórica e importante para Hidalgo.
Sin embargo, reconoce que la contaminación es un mal que viene adherido a la actividad minera el cual se puede reducir a través de las acciones del gobierno federal y estatal para regular a las empresas.
Dice que tanto la Semarnat, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo (Semarnath) deben atender la contaminación que generan las mineras en Zimapán, Atotonilco de Tula, Tula, Molango, Tlanchinol, Xochicoatlán, Lolotla y Tepehuacán de Guerrero.
“Deben poner atención en que los procesos metalúrgicos que utilizan para procesar los minerales sean sustentables, que haya un monitoreo para que los empresarios apliquen tecnología en sus procesos”, sostiene.
El investigador concluye que el problema está en que el gobierno federal y el estatal no se están aplicando debidamente en la regulación de las mineras en Hidalgo pues las empresas siguen generando una contaminación grave.