El Monumento a la Revolución no fue construido inicialmente para conmemorar una de las fechas más importantes de la historia de México, pues el proyecto original tenía un objetivo más ambicioso que era crear la sede del Congreso y que el inmueble fuera tan lujoso, cuya belleza compitiera con el Capitolio de Estados Unidos.
Sin embargo, una serie de acontecimientos lo llevaron a ser una de las obras de arquitectura en la capital más destacadas de los últimos años, con su icónica cúpula, el mirador y sus cuatro pilares. ¿Sabes qué significan?
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Primero lo primero... ¿Cómo inició su construcción?
El 23 de noviembre de 1910 el ex presidente de México, Porfirio Díaz, colocó la primera piedra para la construcción de este edificio, a tan sólo tres días de haber iniciado la Revolución Mexicana.
Porfirio Diaz buscaba que ese lugar fuera uno de los más lujosos a nivel mundial, con más de 14 mil metros cuadrados, por lo que el arquitecto francés, Emile Bernard, fue el encargado del proyecto, tomando como inspiración el Capitolio de los Estados Unidos y el parlamento Budapest.
En entrevista para MILENIO, Enrique Ortiz, divulgador y escritor, explicó qué durante años continuaron la lucha armada, la estructura estuvo abandonada hasta 1932.
“ Se sabe que en algún momento ya estaban vendiendo pedazos de la cúpula y así como parte de las vigas de acero y estructura de esta que fue lo único que se pudo llegar a construir”, explicó.
El proyecto parecía perfecto, pero estuvo envuelto en varias polémicas. En primer lugar, por la época claridad en torno al triunfo del arquitecto que realizar el proyecto, además de las grandes sumas de dinero que requería su construcción.
Así como otros problemas que se presentaron a la hora de su construcción, fue el suelo lacustre que tiene la Ciudad de México.
“Esto iba a hacer un gran proyecto que tendría grandes conjuntos escultóricos, e iba a tener una gran águila de bronce, coronando su cúpula, esculturas hechas en Francia, incluso más grande que el Capitolio de los Estados Unidos”, señaló Ortiz.
Sin embargo, en 1933, el arquitecto mexicano, Carlos Obregón Santacilia, retomó la obra inconclusa, con el objetivo de aprovechar el espacio de la Plaza de la República y darle un buen significado, convirtiéndolo el Monumento a la Revolución.
¿Qué significan los cuatro pilares?
El monumento fue construido con cuatro pilares importantes, obras del maestro Oliverio Martínez, que simbolizan la Independencia de México, las leyes de Reforma, las leyes agrarias y las obreras.
¿Qué revolucionarios están enterrados ahí?
También yacen ahí los restos de algunos revolucionarios como de Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles así como los de Francisco Villa un gran protagonista en la historia de México.
“Ahí, en este monumento tan magnífico de la colonia Tabacalera, también descansan los restos de este polémico protagonista de la revolución mexicana, para algunos un héroe, de este proceso histórico en el país”, destacó el escritor.
Y bajo toneladas de concreto, se encuentra el Museo Nacional de la Revolución, un espacio de vanguardia museística dedicado a la divulgación del proceso histórico de la Revolución Mexicana, así como un mirador 360 grados.
FLC