Combatir el fuego no es una tarea exclusiva para hombres, pues desde hace varios años las mujeres se han abierto camino en esta profesión, pese a las dificultades a las que se han enfrentado por la creencia de algunos sobre que no pueden realizar esta tarea por su género o condición física.
Un ejemplo de ello, es Diana Torres, bombero tercero del Heroico Cuerpo de Bomberos de la Ciudad de México, quien desde hace seis años labora en el área operativa sofocando incendios, apoyando en primeros auxilios y también en extracción de personas de estructuras colapsadas, motivada por el principio de “ayudar a quien lo necesite”.
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“Ha sido difícil porque piensan que las mujeres no podemos, que no aguantamos, que nuestra condición física no nos lo permite, sin embargo, sí podemos, y se ha logrado.
“Para mí es un honor, me encanta mi trabajo, y me encanta ante la sociedad poder decir ‘soy bombero’, aún y cuando soy mujer. Cuando me preguntan ¿bombero, no bombera? Les digo que no, porque soy bombero”, afirmó.
Con el paso del tiempo, la profesión se ha diversificado, tanto en los aspectos técnicos como humanos, y de ello son conscientes sus integrantes.
“Antes los equipos eran todos de hombre, las tallas eran grandes o extra grandes y ahora se han adaptado ya para mujeres. Hoy son más a la medida y se han tratado de hacer más ergonómicos para que nosotras podamos trabajar”, reconoce Martha Carmona, también bombero tercero de esta “familia bomberil”.
Los trajes, compuestos por una chaqueta y un overol aislantes llegan a pesar de 18 a 32 kilos, incluyendo el equipo de respiración individual, los cuales sólo son usados cuando la bruma y las llamas son muy intensas.
Por tradición y herencia familiar, Martha decidió incursionar en esta profesión desde hace más de 5 años. Para ella, lo más difícil, pero también lo más satisfactorio, ha sido ayudar en los rescates de los sismo de 2017, donde con ayuda de su equipo pudo llegar a “lugares tan estrechos en los que sólo podía acceder una mujer”.
Para atender toda clase de emergencias, en la Ciudad de México se cuenta con la participación de 2 mil 251 bomberos, de los cuales, 456 son mujeres, abarcando áreas operativas, administrativas y de monitoreo.
“En esta profesión, todos hacemos lo mismo, se trata por igual, cumplimos con nuestro horario, hacemos nuestros turnos: nos dedicamos a atender y a canalizar las emergencias”, detalla Violeta Pineda, bombero razo dedicada al monitoreo desde videocámaras del C5.
Para ellas, pertenecer activamente al cuerpo de bomberos capitalino no es sólo un trabajo, sino una pasión, pues se requiere “tacto” en cada una de las decisiones y movimientos.
“Las mayores cualidades que podemos destacar como mujeres son la sensibilidad y el humanismo, pues dependiendo de la emergencia es cómo se debe tratar la situación, y a pesar de los riesgos que conlleve”, coinciden.
FLC