Cuando se trata de salir adelante, las mujeres no miden terreno, ellas son tres despachadoras de gasolina que trabajan en León y que no vacilaron ni un poco en aprender actividades que comúnmente se dice que sólo están hechas para el sexo masculino.
María, Ana y Magaly todos los días, aunque a veces por las noches, checan niveles de aceite, ajustan el balance de las llantas, o son expertas negociantes al ofrecer sus productos para el uso de vehículo, despachan la gasolina; o bien, dan servicio de limpieza y mantenimiento preventivo.
"Me capacitaron mis compañeros, no había ni una sola mujer, el trato es equitativo, ", declaró una de ellas.
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Son tres historias y edades distintas, pero comparten el mismo valor, pues el grupo, al no encontrar un trabajo estable, decidió arriesgarse y romper paradigmas masculinos.
"Sí a mí siempre me decían que por qué quería usar overol y estar en un trabajo de hombres, y es mentira, pues aprendemos a ser muy completas e independientes, y nadie se burla ni meten prejuicios", detalló la expendedora Ana Vitoria Hortensia.
Uniformadas de azul con gris, pero con sus labios pintados de rojo, con un moño azul marino coronando su cabeza, no pierden el estilo y la feminidad, aprendieron a ser rápidas, expertas en atención al clientes y ventas, pero sobretodo a estar en un mundo que reconoce que ellas ahora también pueden.