Decenas de músicos se congregaron en una parroquia del sur de Monterrey para celebrar a Santa Cecilia en su día, una mujer que tenía como principal virtud cantarle a Dios, de ahí el nombre de patrona de los músicos.
Aunque el día oficial es este 22 de noviembre, la celebración inició una noche antes en la Parroquia de Santa Cecilia ubicada sobre la calle Mariano Azueta, en la colonia La Florida de Monterrey.
Serenata, la protagonista de la noche
La jornada inició a las 19:00 horas el jueves con una misa y luego la serenata con mariachi.
Algunos músicos locales rindieron homenaje a su patrona a través de sus talentos, como Mariana, quien desde hace cuatro años toca el violín.
Al exterior se instalaron puestos con venta de antojitos, champurrado, feria y concierto.
¿Por qué Santa Cecilia es la patrona de los músicos? Conoce su historia
El 22 de noviembre se celebra el Día Internacional del Músico, pero también se conmemora la muerte de Santa Cecilia, venerada a lo largo de la historia. De acuerdo con unos textos llamados 'Actas del matrimonio de Santa Cecilia'.
¿Quién fue ella?
Se dice que Santa Cecilia, nacida en el siglo VI, provenía de una familia noble de Roma y solía hacer penitencias, además consagró su virginidad a Dios, pero su padre la obligó a casarse con un noble pagano de nombre Valeriano. Se dice que durante el casamiento, ella le contó sobre su consagración a Dios.
Cuando los recién casados se encontraban en la habitación, Santa Cecilia le dijo a su esposo, Valeriano: "Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí".
La historia señala que cuando el esposo fue a ver a su amada, vio a un ángel de pie junto a Cecilia. Hecho que hizo que el Papa Urbano visitara la casa de los recién casados y al constatar el milagro bautizó a 400 personas.
Al ver la popularidad de los cristianos, las autoridades romanas los condenaron a muerte, Santa Cecilia imponiéndose a la muerte por asfixia, que consistía en quemar leña al interior de la casa del condenado y así muriera por la ingesta de dióxido de carbono. Pero sobrevivió, se dice que lo hizo mientras cantaba y hacía música con sus instrumentos para alabar a Dios.
Al no poder cumplir con su condena, las autoridades llamaron a un verdugo para que le cortara la cabeza: la historia dice que éste dejó caer tres veces su hacha sobre ella sin conseguirlo, con lo que huyó despavorido abandonando a la joven ensangrentada pero viva.
Las heridas le permitieron vivir tres días más, hasta que falleció el 22 de noviembre. Se dice que en sus días de agonía, cientos de cristianos fueron a visitarla, lo que aumentó más la fe de los católicos.
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