Con 23 años de edad, José Armando Becerra Hernández ya vivió uno de los mayores sueños que un joven apasionado del espacio puede tener, viajó al U.S Space y Rocket Center, de Alabama, Estados Unidos, para presentar un proyecto en el programa Internacional Aéreo y Espacial de la NASA, donde obtuvo el tercer lugar de ocho equipos internacionales que participaron.
El interés de Armando, estudiante del CuTonalá por la nanotecnología y la idea de algún día ir a la NASA empezó desde que tenía 12 años.
“Yo desde chico he tenido como este amor por el cielo, por el espacio, me habían gustado mucho las películas de Star wars, pero ya hasta que veo la película Interestelar fue cuando sentí esa pasión de verlo, de empezar a imaginar que iba a estudiar que iba a ser”, aseguró.
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El proyecto que el joven presentó a la NASA consiste en la manipulación de nanopartículas que tienen mayor capacidad de retener la radiación solar, para reducir la exposición de los astronautas cuando salen del planeta tierra.
“Propusimos la idea de sintetizar esta nanopartícula, ya implementarla en algún recubrimiento en naves espaciales o incluso incrustada en los trajes de astronautas y la idea es que también algún día se vea reflejado aquí en la tierra, incluso llegar a hacer protectores solares más eficientes, más baratos, incluso para los carros que también tuvieran un tipo de recubrimiento” , explicó el joven.
A José Armando le tomó un año poder prepararse para ir a la NASA y hacer frente a todos los retos que se presentaron.
“Aproximadamente fue un año en el que yo ya me senté y decidí que quería ir, hubo varios obstáculos ya que se necesita cubrir un cierto gasto, se necesitan sacar los papeles, la visa, se necesita pasar por el proceso de selección”, relató.
Fueron siete días del programa, entre el 12 y 18 de noviembre del 2023, donde además de presentar su proyecto, José Armando estuvo inmerso en diversos entrenamientos y talleres para astronautas.
“La dificultad es que solo teníamos las noches para hacer el proyecto porque durante el día eran conferencias, estábamos teniendo actividades como talleres tipo entrenamiento de astronauta, terminamos las actividades a las 11 de la noche y a esa hora empezamos a trabajar, terminábamos como a las 4 o 5 de la mañana”, dijo.
Como parte de su entrenamiento, realizó simulaciones en sillas de Fuerza C, buceo para simular la gravedad, un vuelo en avioneta y talleres de trajes de astronauta y de traje de vuelo. Todo lo anterior, fue posible gracias a una beca que obtuvo por parte del Gobierno de Tlaquepaque, con la que pudo cubrir todos los gastos de este viaje.
Ahora la siguiente etapa es materializar su proyecto y llevarlo al espacio.
“En los próximos meses vamos a estar desarrollando material, ya hemos tenido buenos avances, se ha logrado desarrollar el material que primero se puso teóricamente y vimos que si era posible sintetizarlos”, puntualizó.
José Armando está en el último semestre de la carrera, pronto va a iniciar sus prácticas profesionales y después quiere continuar con una maestría en Ciencias en Ingeniería del Agua y la Tecnología, que también se imparte en el CuTonalá, la cual se enfoca en el uso de nanomateriales para la remediación de aguas contaminadas y generación de energía limpia.
Actualmente también trabaja en la publicación de un artículo, sobre nanotecnología en el área de fármacos; entre sus planes está más adelante ingresar a un doctorado y después al Sistema Nacional de Investigadores de México.
“Si algún día quieren irse a la NASA o una estancia de investigación en Europa, algún otro país, algún día quieren escribir un libro, un artículo, es posible, nada más está en ellos y que sean dedicados y siempre hagan lo que les gusta”, dijo.
Detrás de este logro, también está un agradecimiento especial a sus padres y novia, que fueron un apoyo importante en esta etapa, además de sus profesores, que han sido inspiración y motivación para cumplir sus metas.
MC