Así surgió la fe en el santo niño del cacahuatito, la diminuta imagen que se venera en Los Altos de Jalisco

Hay al menos dos historias que cuentan el origen de esta imagen y la fe que ha surgido por tan poco común hallazgo.

Mezquitic de la Magdalena en Jalisco (Google Maps)
Guadalajara /

Con la muy reciente peregrinación y festejo a la virgen de San Juan de los Lagos, hay pretexto para repasar a otra imagen venerada pero cuyo curioso aspecto despierta asombro a quienes visitan el pueblo de Mezquitic de la Magdalena, muy cerca de San Juan. Se trata del santo niño de cacahuatito cuya capilla es un punto de adoración y fe más de la región de Los Altos de Jalisco.

De acuerdo con el libro, Leyendas y personajes de Jalisco compilado por Helia García Pérez hay al menos dos historias que cuentan el origen de esta imagen y la fe que ha surgido por tan poco común hallazgo.

Es la propia Helia García quien relata las leyendas detrás del niño del cacahuatito, un pequeño niño dios que es venerado muy cerca del santuario de San Juan de los Lagos.

Leyenda del santo niño del cacahuatito en Jalisco


El Santo Niño del Cacahuatito es una diminuta imagen que se encuentra dentro de una urna de cristal con marco de plata. Sus coronas son de oro y la confección de su ropaje es de seda, siempre brillante y de múltiples colores. Un par de piesecitos aparecen de manera inconspicua calzando unas sandalias también del precioso metal. Su rostro requiere de una observación meticulosa porque se pierde entre los destellos de luz que refleja el cristal, pero para aquellos que persisten y no están dispuestos a irse sin antes ver su rostro, de seguro encontraran el ángulo idóneo para verlo en detalle. Ojos, nariz, boca y el contorno de la cara revelan una serenidad pocas veces expresada en tan escaso espacio.
La imagencita de Mezquitic de la Magadalena no fue elaborada por artesanos, como es el caso de la mayoría de las figuras veneradas. Fue un hallazgo en un solar sin importancia, siglos atrás. Y aunque poco significa la malicia como fue encontrado, existen dos versiones. Una de ellas menciona a una pareja de ancianos que escarbaban el lugar para extraer tierra y fabricar adobes. Al momento de apilar aquello para echarle el agua y batirlo hasta hacerlo lodo, el hombre calculó que le hacía falta tierra y le pidió a su mujer le sirviera más. Al momento de tocar fondo del zanjón y sentir que no le ajustaba aquello, golpeó con el «pico» para deshacer los terrones. Uno de ellos, el grande, encerraba en el centro aquel indefinido objeto del tamaño de una semilla de cacahuate. Lo tomó y removió la tierra que lo cubría. Cual no fuera su sorpresa al descubrir que aquello era una miniatura de rostro perfectamente delineado. Ella se lo mostró a su esposo y concluyeron que era el Niño Dios.
La otra historia es la que se lee en un modesto cuadernillo y que describe aquello de esta manera. El señor Celestino tenía ochenta años de edad y preguntó a personas mayores. El lugar era un barbecho y tenía un zapote blanco y estaba una barda que empezó a humedecerse y los dueños del terreno, el matrimonio formado por Pedro Alaníz y Juana Gallardo, decidieron cavar un pozo en dicho lugar y al escarbar se encontró esta imagencita que les pareció de inmediato el Niño Dios.
La fecha del hallazgo está en duda, pero se cree que fue un seis de enero de mil novecientos. La gente de Mezquitic, hoy en el siglo veintiuno, por lo general conduce su vida con discreción, cada cual en su mundo. En aquel entonces no era muy diferente, aunque mucho menor en número de habitantes. El rostro del niño llenó de júbilo a sus gentes; su felicidad era indescriptible, menos el párroco de la iglesia de La Magdalena. Él miraba aquello con cierta apatía, pero no pudo sustraerse a aquella manifestación de fe de sus feligreses.
El Santo Niño del Cacahuatito es venerado en una modesta capilla en la entrada al pueblo de Mezquitic, muy cerca de San Juan de los Lagos. Su altar y un espacio adyacente están cubiertos de juguetes que los infantes le ofrendan. Y es imposible sustraerse al encanto que emana de aquel universo donde un cacahuatito es el rey.

Virgen de San Juan de los Lagos y sus milagros

Varios siglos de historia acumula el culto a la virgen de San de los Lagos en Jalisco. Fue en el siglo XVII cuando se dice se dio el primer milagro atribuido a la imagen.

Hoy los feligreses llegan a cumplir mandas, varios caminando largas distancias con la fe de que un milagro recibido o en busca de uno les ayude en su vida.

Los feligreses comenzaron a entregar regalos a la imagen por los favores recibidos, sin embargo en 1869 el clero católico determinó “la festividad de La Candelaria en San Juan de los Lagos asumió parte de las romerías que originalmente se realizaban en torno al 8 de diciembre”, agrega Cruz.

SRN

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