Para evitar retrasos en la rehabilitación del mercado y que no les restrinjan el paso, los locatarios de La Merced empezaron a limpiar sus locales y a sacar todo el material y mercancía quemada que dejó el incendio del martes.
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Como la familia Limón que vende semillas. Ellos en conjunto tienen al menos 50 locales y todos fueron pérdida total. Por eso con costales, palas y a mano comenzaron a sacar todos los escombros sin importar el riesgo pues ellos lo único que quieren es trabajar para recuperar inversiones de hasta 300 mil pesos por local.
“Lo que sí ahorita entre los compañeros exigimos es definitivamente que no nos quiten nuestro lugar, nosotros estamos limpiando, para qué, para rehabilitarnos, rehabilitar nuestros puestos y trabajar inmediatamente... No queremos salirnos y no nos vamos a salir”, aseguró Luz María Limón.
Y es que los comerciantes no quieren que se repita la historia de 2013, cuando una parte del mercado también se quemó y hasta este año los afectados no han podido regresar a sus lugares de trabajo.
Por eso, han sido enfáticos ante las autoridades de la necesidad de que se establezcan fechas claras para la entrega de la rehabilitación del lugar.
“Tenemos muchos sentimientos encontrados, definitivamente mucha tristeza, mucha nostalgia, este es trabajo y labor de mis padres, pioneros del mercado ante todo, es el dolor emocional, gracias Dios tenemos vida, sí podemos seguir trabajando pero este es un dolor emocional es una pérdida total de un trabajo de años... Yo de mi parte he laborado 30 años aquí y son 30 años de mi vida donde mi patrimonio se acabó, se acabó todo”, agregó.
Pero otra de las exigencias es que haya un reordenamiento en la zona porque los comercios ambulantes están “asfixiando” al mercado.
Insistieron en que el día del incendio fueron esos puestos que están en la calle los que no permitieron un fácil ingreso de los servicios de emergencia. Además de que en un día normal de trabajo ni los clientes ni los proveedores tienen donde estacionarse lo que los convierte en blancos de la delincuencia.
A pesar del estado del mercado, muchos comerciantes sacaron la poca mercancía y reanudaron la vendimia.