Pese a que el nuevo hospital de Madero no llevaba ni la mitad de su construcción, se compraron 5 mil 776 equipos médicos con un costo cercano a los 300 millones de pesos y hoy llevan más de dos años sin utilizarse porque la obra no está concluida, señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
El organismo fiscalizador emitió ocho recomendaciones y siete promociones de responsabilidad administrativa sancionatoria por esta y otras irregularidades que encontró al revisar la cuenta pública del presupuesto del nosocomio que debió concluirse desde el 21 de julio de 2016.
“Se constató que los 5 mil 776 bienes adquiridos para el equipamiento del hospital por un monto de 297 millones 502 mil 200 pesos se encuentran ociosos (sin uso), toda vez que están bajo resguardo de los proveedores ya que la obra aún no se ha concluido”.
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Los equipos fueron comprados del 16 de octubre de 2019 al 11 de marzo de 2020, “por lo que al 30 de noviembre de 2021 han transcurrido 776 días desde su entrega”, apuntó la ASF. Incluían desde la instalación y puesta en operación, hasta la capacitación, asistencia técnica, mantenimiento preventivo y correctivo.
De acuerdo con las reglas de operación, los recursos para equipamiento médico no se deben transferir a los estados hasta que demuestren la conclusión de las obras. Sin embargo, el Insabi no supervisó que los avances físicos y financieros presentados por Servicios de Salud de Tamaulipas estuvieran actualizados y reflejaran los avances correctos.
Según se explica en el informe de resultados, fue en junio de 2018 cuando el gobierno estatal solicitó los recursos para este equipamiento y reportó entonces un avance del 49% en la obra y se encontraba en proceso de rescisión de la constructora. Pero en una visita al lugar en octubre de 2021, los auditores detectaron que el avance físico real era de un 37% aproximadamente.
En el procedimiento de licitación también se encontraron anomalías, pues de entrada no se solicitó a la Secretaría de la Función Pública la participación de un Testigo Social.
Tampoco se integró el estudio de mercado con la información disponible en CompraNet, ni se documentaron las causas por las que solo se aplicó el criterio para evaluar las proposiciones y no el costo-beneficio.
“En la convocatoria y bases de la licitación no se señalaron los tratados bajo cuya cobertura se convoca; no se proporcionó evidencia de la publicación del fallo en el Diario Oficial de la Federación ni de que se informó a la Dirección General de Industrias Pesadas y de Alta Tecnología de la Secretaría de Economía, sobre los contratos que se derivaron”.
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La Auditoría Superior encontró que se formalizaron cinco convenios modificatorios y tres de diferimiento para entregar los bienes adquiridos al 30 de junio de 2022, sin haber solicitado autorización del Comité Técnico del Fonsabi.
“No se solicitó a los proveedores el cumplimiento de sus obligaciones en materia de seguridad social y fiscal; en un contrato no señalaron si el precio es fijo o sujeto a ajustes; y tampoco los lugares de entrega de los bienes ni contaron con la notificación de la justificación para aplazar la vigencia de los contratos”.
Además, la Secretaría de Obras Públicas estatal informó a la ASF que no se pueden ejecutar los trabajos del proyecto debido a la actualización de este a las normas de construcción vigentes en infraestructura hospitalaria, por lo que se desconoce cuándo serán utilizados los bienes adquiridos.
SJHN