Con una amplia trayectoria en la defensa de los derechos humanos y la educación, Luis Arriaga Valenzuela, nuevo Rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México es muy claro: “La militarización no es la salida adecuada para abordar el tema de seguridad”.
En este contexto, expone el doctor en Educación para la justicia social, las Universidades del país están obligadas a aportar a la discusión y propuestas para el fortalecimiento de las autoridades civiles que combaten la inseguridad.
El sacerdote de la Compañía de Jesús nacido en Baja California asume el cargo este lunes para el periodo 2022-2026, después de que el anterior rector Saúl Cuautle Quechol, falleció en septiembre de 2021 a causa de un infarto masivo a consecuencia de las complicaciones que enfrentó por covid-19.
Arriaga Valenzuela asume con el compromiso de fortalecer a una de las universidades más importantes del país. Pero sobre todo, comparte, con la mira en la responsabilidad que tienen las instituciones de educación superior para combatir la desigualdad estructural en el acceso a los servicios educativos, la atención de la deserción escolar y el fortalecimiento de las plantillas docentes, en una realidad educativa que ha sido transformada por la pandemia de covid-19.
El décimo noveno Rector de esta institución educativa, quien ha sido Rector del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), y director del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, entre otros, comparte con MILENIO sus preocupaciones y el plan de trabajo al frente de la Ibero.
P: ¿Cuál es el rol que deben jugar las Universidades en este tiempo?
R: Las universidades de la Compañía de Jesús, en este caso la Ibero, nos caracterizamos por tener una voz crítica y expresamos públicamente, en especial cuando se ven comprometidos los derechos de las personas y las comunidades más vulnerables.
Creo que en el ámbito de la educación es fundamental defenderla como una herramienta esencial para la transformación social de México y del mundo. Es prioritario para nosotros impulsar que se promueva que el gasto en educación sea acorde con las necesidades actuales, así como atender el rezago educativo provocado por la pandemia y garantizar una optimización de los recursos que favorezca a grupos excluidos o marginados en los procesos educativos.
Yo planteo varias prioridades: la primera sería combatir la desigualdad estructural en el acceso a servicios educativos, promover que se diseñen políticas y programas que atiendan la deserción escolar de las comunidades más apartadas, y combatir la corrupción y el uso clientelar de las políticas educativas y reforzar los procesos de capacitación del profesorado.
P: ¿Qué temas le preocupan en el país y en los que la Universidad podría aportar?
R: Nos encontramos en una grave crisis de Derechos Humanos. La discusión la práctica y exigencia ciudadana de los derechos humanos han ganado terreno valioso, ha habido avances en el terreno normativo, pero también se ha recrudecido la violencia en el país, me parece que uno de los temas también prioritarios.
En este tema, creo que es necesario contar con una política integral en materia de seguridad ciudadana y el combate al crimen y poner los derechos humanos al centro del combate a la inseguridad. Debemos aportar soluciones para transitar hacia un esquema menos punitivo y más enfocado a la reinserción y a la reconciliación.
La migración me parece que es un tema importante y un tema que me preocupa también como rector de una de las casas de estudio más importantes de este país , y que es fortalecer las instituciones que promueven la atención integral a migrantes y su derecho a asilo político.
El tema de medio ambiente también me parece que tiene que ser prioritario, es fundamental reconocer la gravedad del cambio climático, sus impactos y la importancia de diseñar políticas públicas a largo plazo.
Hay que reconocer que la raíz de la violencia sigue estando en las profundas brechas de desigualdad estructural que aún persisten en nuestra sociedad. Tenemos que promover como universitarios una discusión profunda basada en un conocimiento científico y de salud sobre las drogas y violencia y distintos temas que tienen que ver con la seguridad y justicia.
Me parece que el reto es cómo fortalecer las autoridades civiles orientadas a combatir la inseguridad en lugar de crear estrategias, políticas o legislaciones que promuevan Ia militarización del país; la militarización no es la salida adecuada para abordar el tema de seguridad.
P: ¿Las universidades están respondiendo ante la realidad y necesidades del país?
R: Nosotros vemos a la Universidad iberoamericana como un espacio de encuentro donde nos sentimos convocados a participar como investigadores que asumen la tarea de hacerse cargo de la realidad de todos estos temas para transformarla. Desde mi experiencia en diversos ámbitos comunitarios, derechos humanos y académicos, estoy convencido de que es posible formar agentes de cambio desde el lugar donde estamos.
La Universidad Iberoamericana tiene una trayectoria ampliamente reconocida y forma personas comprometidas con el entorno social el sustento que le da una tradición educativa global. Y eso la lleva a insertarse en los procesos del presente y por eso creo que nuestro reto como universidad es estar al servicio de México.
Quiero decir con mucha claridad que la Universidad Iberoamericana no ha parado su trabajo por la comunidad y el país, lo seguimos haciendo en atención a los protocolos de salud establecidos, pero con responsabilidad para no detener los procesos en la institución.
dmr