Obispos de las cuatro diócesis de Tamaulipas se unen para pedir un alto a la violencia que ha prevalecido en la entidad, sobre todo en los municipios de la frontera como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, donde han tenido que cerrar un refugio de migrantes por cobro de la delincuencia organizada.
El obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano, manifestó que ya se han reunido con el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, para solicitarle todo el apoyo en materia de vigilancia para contrarrestar todas las conductas negativas que se siguen registrando.
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“Normalmente los obispos de Tamaulipas nos reunimos periódicamente, hemos platicado con las autoridades sobre esto, evidentemente Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo son municipios que sufren más, en este último, tuvieron que cerrar una casa de migrantes por la misma presión de la delincuencia organizada, porque les estaban cobrando por tener a la gente que ellos hospedaban, la misma ayuda que prestaban, se vio limitada”.
Dijo que aunque en el sur del estado actualmente no se vive un hecho crítico por la inseguridad, no se debe de olvidar lo que pasó hace poco más de 10 años y que de ahí se pueda aprender para no volver a repetir la misma situación.
La próxima reunión de los cuatro obispos de Tamaulipas, que son Tampico, Ciudad Victoria, Matamoros y Nuevo Laredo, será en dos semanas, donde se volverán a tocar los temas de inseguridad y su avance.
“Hemos hecho el llamado conjuntamente, nos hemos reunido con el gobernador, le hemos expresado todas estás preocupaciones, en los pueblos, en las regiones, somos cuatro diócesis contando la que me toca presidir que es en Tampico”.
Precisamente en Nuevo Laredo el obispo tuvo que tomar la difícil decisión de cerrar la iglesia a los migrantes, por las constantes amenazas y cobro de cuotas por tratar de ayudar a las familias que se desplazan en busca del sueño americano.
SJHN