En tiempos donde las redes sociales y las aplicaciones de citas han revolucionado la forma de encontrar pareja, Olga Maricela Aguilar Mazatán y Mario Octavio Betancourt Díaz son un ejemplo de que el amor puede llegar en cualquier momento, sin importar la edad ni la distancia.
Ella, zacatecana, de 73 años, llevaba 14 años viuda cuando decidió darle una oportunidad al mundo digital del romance.
“Yo empecé porque una amiga me dijo que había aplicaciones para encontrar pareja…. ya casi me daba por vencida, hasta que encontre a ese negrito lindo y dije es para mí” mencionó.
Él, cubano de 69 años y divorciado, también buscaba compañía cuando sus caminos se cruzaron en la app de citas Badoo.
“Yo llevaba tiempo buscando a una persona, pero siempre había cosas que no iban con mis principios, hasta que vi a una hermosa mujer y le mandé mensaje”
Un amor nacido en una pantalla
Todo comenzó el 19 de marzo de 2022, cuando Olga y Mario coincidieron en la aplicación. A pesar de la distancia, la conexión fue inmediata.
Durante meses compartieron largas charlas, risas y sueños, descubriendo que tenían mucho en común.
“Durábamos todo el día, incluso toda la noche, platicando” dijo la pareja.
El deseo de conocerse en persona creció, y en julio de ese mismo año, Olga tomó un avión rumbo a Cuba para encontrarse con Mario.
Lo que hasta entonces había sido un amor virtual, se convirtió en una historia real.
El flechazo fue tan fuerte que no quisieron esperar más y apenas dos meses después de ese primer encuentro en persona, el 14 de septiembre de 2022, Olga y Mario se casaron.
Después de los trámites necesarios lograron comenzar una nueva vida juntos en México y hace un año comparten su hogar en la colonia Paraíso, en Guadalupe, donde disfrutan de su día a día con la tranquilidad de haber encontrado a su compañero de vida.
El amor no tiene edad
Para muchas personas encontrar el amor después de cierta edad puede parecer difícil, pero Olga y Mario han demostrado que nunca es tarde para enamorarse y empezar de nuevo.
Su historia es un recordatorio de que el amor puede aparecer en cualquier momento y de la forma más inesperada, incluso a través de una pantalla.