El plan hídrico de emergencia para Tula presentado a puerta cerrada a agrupaciones de la sociedad civil y autoridades municipales se centra en la ampliación, rectificación y revestimiento del río Tula para aumentar la capacidad de transporte del caudal, como lo dio a conocer recientemente Milenio.
En un encuentro celebrado en el gimnasio de la Unidad Deportiva Tula, el cual fue encabezado por Germán Martínez Santoyo, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Simón Vargas Aguilar, secretario de gobierno de Hidalgo, y Manuel Hernández Badillo, alcalde de Tula, se presentó a autoridades municipales y representantes de agrupaciones de la sociedad civil el proyecto diseñado por la Conagua y la Secretaría de Marina (Semar).
En el plan se retoma la intención de ampliar la capacidad del río para recibir más aguas residuales de la ciudad de México, como también se planteó en 2017, sin considerar las propuestas que en los últimos años hicieron ambientalistas y organizaciones para rescatar integralmente al río Tula y exigir al Valle de México que saneé en su territorio el agua en vez de mandarla al Valle del Mezquital.
Tras el encuentro la Gran Asamblea de Tula, organización que concentra a damnificados de diversas colonias del municipio, manifestó su inconformidad con el proyecto presentado por el gobierno de México.
María Berenice Pecina Jiménez, presidenta de la Gran Asamblea, quien participó en el encuentro, dijo que existe un desacuerdo con el plan de emergencia presentado, pues la Conagua sólo quiere ampliar la capacidad del caudal, talando árboles y reubicando a personas cuyas viviendas se encuentran a un costado, cuando se requiere una solución integral específicamente "río arriba", es decir, en el Valle de México.
Esto pues únicamente se retoma el proyecto de 2017, sin tomar en consideración las propuestas ciudadanas que desde entonces se han hecho, e insistió en que se requiere un plan integral y no sólo uno de muy corto plazo ante la temporada de lluvias.
Dijo que incluso dicho plan ni siquiera garantiza que no haya inundaciones, manteniendo la incertidumbre, algo que podría erradicarse si se efectúa, como lo plantean los ciudadanos, el desazolve de los vasos reguladores que están en el Valle de México y se construyen plantas de tratamiento para reducir el flujo de agua residual de 600 metros cúbicos por segundo que pretende enviar la Ciudad de México a Tula a través de su sistema de drenaje profundo.
René Romero, de la Red de conciencia ambiental “Queremos vivir” y el colectivo de comunidades en defensa de la vida y el territorio de la región tolteca, quien también participó en la reunión, dijo que la Conagua insiste con su Plan hídrico para Tula en la propuesta de 2017 para el río, dejando de lado la consulta y el consenso con la población de la zona a impactar.
Señaló que la Conagua argumenta que es un plan de emergencia y por ello no se consultó, sin embargo refirió que la dependencia tuvo cuatro años para consultar, socializar y consensuar el proyecto y no lo hizo, y ahora pretende manejar mediáticamente para imponer un proyecto que sólo busca ampliar la capacidad del caudal y no se contempla el detener o por lo menos reducir el envío de agua residual.
Aunque dijo que dentro del Plan hídrico lo que si ven viable es la actualización de los protocolos conjuntos entre estados y el tema de los vasos reguladores; además en la reunión los campesinos del distrito 112 de Ajacuba propusieron que se les dote del excedente del agua para regar sus tierras de cultivo y así aminorar la carga para el río Tula.