Hace 67 años Tampico sufría la peor tragedia de su historia, cuando el ciclón Hilda lo sacudió con tal fuerza que casi se traga la ciudad, suceso que advierten especialistas, obliga a sociedad y gobierno a tomar acciones para prevenir afectaciones mayores ante la potencial llegada de otro huracán, pues dejaría una mayor destrucción que en aquella época y más damnificados.
Actualizar atlas de riesgo, realizar simulacros de evacuación y desalojar familias de márgenes de ríos y lagunas, son algunas acciones que consideran necesarias para estar preparados en caso de un huracán, del que no estamos exentos pese a que por mucho tiempo se han desviado.
Gabriel Arcos Espinoza, director del Centro de Investigación y Desarrollo en Ingeniería Portuaria, Marítima y Costera de la UAT m(Cidiport), señaló que el crecimiento poblacional es un factor a considerar y debe reflejarse en los atlas de riesgo municipales conforme al Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi.
“Habría que hablar con autoridades de Protección Civil para ver qué tan alertas estamos ante ese tipo de fenómenos. En los atlas ya se tienen identificados los sitios de mayor riesgo de inundación pero hay que adaptar la información”.
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Arcos Espinoza destacó que se tiene que saber exactamente cuánta gente habita áreas inundables y hay que evacuar y albergar. “Ver si los refugios siguen siendo los mismos y si son suficientes, llevar a cabo simulacros de evacuación y retirar asentamientos en zonas de riesgo”.
La mancha urbana ha crecido y los damnificados serán más, advierten
Gabriel Arcos apuntó que otro ciclón como el Hilda “sería más destructivo porque tenemos mucho más infraestructura expuesta ante ese tipo de peligros”, pero no habría tantas víctimas mortales pues ya se tiene sistema de alertamiento.
Insistió que la mancha urbana ha ido creciendo, por lo que habría más damnificados, y no debemos olvidar que estamos rodeados de cuerpos de agua. Expresó también que el tema de los cocodrilos debe integrarse a los planes de riesgo pues es un problema latente en la zona conurbada.
La naturaleza no perdona que se construya en zonas bajas, expuso por su parte el presidente del Colegio de Ingenieros, Alfredo Trejos de la Peña.
Refiere que “no se ha aprendido la lección del huracán que azotó sin piedad la región”. Y es que como los ciclones nos dejaron de afectar, no existe cultura de prevención ciudadana.
“No debemos confiarnos, la zona es muy vulnerable, estamos rodeados de agua, hay desarrollos urbanos en sitios inundables; en Madero hay predios por debajo del nivel del mar y el puerto industrial está hecho sobre las marismas”.
VLSS