A partir de pactos patriarcales que están relacionados con negocios, dinero y políticas de gobierno, se presentan fenómenos como la trata de personas y la prostitución, expresó la investigadora Ixchel Yglesias González Báez, perita en Antropología Social con perspectiva de género.
Durante su participación en el marco de las actividades del Día Internacional de la Mujer, "8M Universitarias líderes por un futuro igualitario”, foro organizado por la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), la especialista destacó que las políticas del estado están permitiendo los abusos contra las mujeres.
Al impartir la conferencia “Pactos patriarcales: sostenimiento de la violencia sexual y feminicida”, González Báez destacó que a partir de un pacto patriarcal, si un varón identifica la violencia hacia las mujeres no puede hacerlo extensivo hacia su grupo de hombres; además, si cuestiona espacios de socialización masculina, será considerado como desertor, traidor o “mandilón”.
“Los pactos patriarcales generan grupos de varones, en los que las mujeres son objetos que sirven para las transacciones entre ellos para construir su soberanía, fraternizar y establecer una relación social basada en el control social de las mujeres”, destacó la especialista.
Detalló que el patriarcado se funda en un acuerdo entre hombres para apropiarse de la vida y también del cuerpo de las mujeres, con ello, los varones son sujetos de derecho; sin embargo, las habitantes son objeto de deseo a disposición de estos.
“El control social de las mujeres es en función de su relación con los hombres, en función de la sexualidad y esto es una forma de normar el comportamiento y establecer un orden social. Esta forma de considerar a la mujer se reproduce a través de los chistes y comentarios, porque el pacto patriarcal opera por medio de un nudo patriarcal; es decir, la complicidad entre varones”, comentó.
El pacto patriarcal es esta alianza entre los varones, la cual se basa en aspectos sobre los que se construye la masculinidad hegemónica: no ser una mujer, no ser un bebé y no ser homosexual, apuntó.
González Báez explicó que el pacto patriarcal no sólo opera entre hombres y explicó que, en muchos casos, las propias mujeres se convierten en aliadas de los varones, a veces para sobrevivir y en otras para tratar de obtener poder, como sucede en el caso de la prostitución.
“Esta es la mejor manera en que los pactos patriarcales pueden funcionar, a través de la enemistad femenina, del odio y competencia entre mujeres; de esta falta de sororidad en donde peleamos. Somos las mayores defensoras de los proxenetas y quienes llevan la batalla para decir que la prostitución es empoderamiento al trabajo, no son los proxenetas, sino las mujeres. Son los esclavos quienes defienden al amo Por esta complicidad, el pacto patriarcal sigue funcionando”, comentó.
Para González Báez , la construcción binaria de la mujer se basa en estereotipos y símbolos religiosos: aquella que es “decente, leal, obedece y no contradice al varón”, así como de un arquetipo contrario que es “indecente e impura”.
“Agresores como un proxeneta, prostituyente, violador y feminicida exacerban su violencia hacia las mujeres porque toda mujer es una indecente en potencia, por lo tanto, consideran a la violación como una acción restauradora de la masculinidad”, finalizó.
AFM