La imagen de los Rivera destaca desde que entran al panteón de Las Escobas, ubicado en Guadalupe, pues el acordeón, tambores y un güiro hacen que la gente voltee a mirarlos. Pero más allá de todo esto, Efraín, quien lidera al grupo, se prepara para visitar la tumba de su primogénito, Jordan Efraín, quien murió hace 24 años, cuando solo tenía nueve meses.
Ayer, como cada 2 de noviembre, Efraín y sus sobrinos, Ángel y Jair, con los que forma el grupo vallenato La Dinastía Rivera, recordaron a Jordan Efraín Rivera Rangel, quien falleció cuando solo era un bebé.
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“Él murió de nueve meses, pero él era el primero. Ahorita yo tengo otros cuatro hijos.”
“Aunque también trabajo para la construcción, cada año vengo a traerle música y me acompañan mis sobrinos”, dijo el padre de familia, quien habita en la colonia Las Sabinas, a solo unos minutos de la casa eterna del primogénito.
El silencio del camposantose ve a minutos interrumpido, y es que el llorar del acordeón y la parranda vallenata inundan toda la zona.
“Ahorita hay muy poca gente, pero estamos esperando que en estos días venga más”, refirió el también obrero de la construcción.
¿Cuál es el origen del Día de Muertos?
El Día de Muertos, dentro de la cosmovisión indígena, es el retorno de transitorio de las ánimas o almas de los difuntos, quienes regresan al mundo de los vivos para convivir con sus familiares a través de sus ofrendas.
En la época prehispánica, varias civilizaciones como la mexica, maya, purépecha, totonaca y otras, veneraban a sus muertos al final del ciclo agrícola del maíz con distintos rituales.
La historia cuenta que la muerte daba inicio al viaje hacia el Mictlán, que es el lugar de los muertos. Para llegar ahí, las almas deben pasar por diferentes obstáculos para llegar con Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el señor y señora de los muertos, que son los dioses del Mictlán, y a quienes se les debe hacer una ofrenda para descansar por toda la eternidad.
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