Las hojas de maíz se tuestan hasta carbonizarse y con un poco de dulce se convierten en totomoxtle, el ingrediente perfecto para los panes de muerto en el Estado de México.
Tienen una apariencia peculiar, color negro y un toque naranja por los pétalos de cempasúchil, pero un aroma y sabor inigualable que los han convertido en la pieza favorita para esta temporada del Día de Muertos.
Desde hace cinco años la señora María Luisa y su hija Julieta comenzaron a elaborar pan de todo tipo, incluso pusieron una panadería en la colonia Esperanza, en Nezahualcóyotl, donde implementaron varias recetas milenarias como la del totomoxtle, y algunas creadas por Julieta, quien estudió gastronomía.
“Es una receta de Texcoco, mi hija estudió gastronomía y se especializó en panadería y repostería. En ese municipio fue donde aprendió esta técnica y lo trajimos a Neza”, comentó.
El pan es cien por ciento artesanal, Julieta y su madre realizan todo el procedimiento de preparación con ingredientes naturales, para después hornearlos. Después de estar listos y fuera del horno, los untan con mantequilla y les colocan el ingrediente estelar, el Totomoxtle.
“Es un pan delicioso y es el que más nos piden, les llama la atención, preguntan por qué es negro. Algunos creen que es pintado o que es chocolate, pero no, es totomoxtle y es delicioso”.
Además de este pan de totomoxtle tienen de chocolate con avellanas, pan de calabaza y algunos rellenos de nata, chocolate y otros sabores que también realizan de manera artesanal.
RARR