Pandemia puso en jaque a familias, pero ellos buscaron alternativas para salir adelante

Algunas personas como Sara Vargas enfrentaron reducción de sueldo o perdieron su empleo, pero buscaron otras fuentes de ingresos

Tuvo que recurrir a la venta de dulces y botanas para generar más recursos. (Francisco Villeda)
Francisco Villeda
Tlaxcoapan /

La pandemia de covid-19 afectó severamente a la economía mexicana, tanto que en algunos casos personas quedaron sin empleo o si lo conservaron se redujeron sus sueldos y ante ello muchos tuvieron que buscar ingresos adicionales.

Sara Vargas Olguín, una joven de 34 años de edad, originaria de la comunidad Teocalco, en Tlaxcoapan, es una de ellas. Ella estudió Puericultura y hasta el comienzo de la pandemia trabajaba para el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).



Sin embargo, con la contingencia sanitaria y el confinamiento las escuelas cerraron y los alumnos tomaron clases en línea, lo que significó una reducción en el sueldo que percibía, al no haber clases presenciales.

La joven supo que necesitaría un ingreso adicional para compensar la reducción de sueldo, pues tiene una hija de 14 años de edad, así que decidió hacer algo, vender algún producto; su hermano, quien tiene un puesto de pulque en la comunidad la invitó a vender botanas en el lugar.

Así inició con la venta de botanas y algunos dulces; luego decidió vender dulces no sólo los fines de semana, sino también entre semana, y comenzó a poner por las tardes un puesto de dulces afuera de su domicilio, en Teocalco.

A veces hay semanas buenas, a veces no, pero es un ingreso adicional, algo que le permite, a ella y a su mamá, de 59 años de edad, salir adelante en esta época difícil. De lunes a viernes, a partir de las 5:30 de la tarde pone su puesto, en el que ofrece dulces, botana, entre otras cosas.

Admite que últimamente han disminuido las ventas, no obstante continúa con entusiasmo en el puesto, pues aún no se reactivan totalmente las clases y todavía percibe un sueldo reducido, de manera que tiene que allegarse de recursos.

No es fácil, pues el precio de los dulces ha incrementado considerablemente, por lo que ahora tiene que ajustar los precios al público para tener ganancias, pero aun así las ventas avanzan y le permiten sacar gastos.

Y no sólo se ha enfrentado a la reducción del sueldo y al encarecimiento de los dulces durante la pandemia, sino que también sufrió en carne propia la enfermedad.

Hace tres meses se contagió, junto con su hermano y por un mes estuvo aislada, para no contagiar a su hija o a sus papás. Su pareja, quien trabajaba en ese momento fuera de la zona la apoyó con gastos, lo mismo que su hermano, quien tenía ahorros por la venta del pulque y tuvo que echar mano de ellos para costear el tratamiento, los estudios y las consultas médicas.

Fue un periodo difícil, pues se enfrentó a la enfermedad y salió de ella, aunque con algunas secuelas, pues tiene dolor de pulmón, se sofoca, además de que no puede someterse a cambios bruscos de temperatura pues se congestiona. Así, en medio de las adversidades continúa con el puesto de dulces, pues la pandemia supuso un reto, pero no ha sido obstáculo para que salga adelante junto con su familia.

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