Jesús Hernández es paramédico de CIPAR y parte de Protección Civil pero lo ocurrió el pasado 1 de octubre en Ciudad Madero dejó una marca importante en su vida.
A lo largo de su vida y de los 8 años que tiene como profesional de la salud ha sido espectador de muchos accidentes y tragedias, no solo en la zona sur de Tamaulipas sino hasta en la Ciudad de México, donde acudió a apoyar tras el sismo del 2017.
“Tengo 31 años, de los cuales desde los 23 empecé a tomar cursos de primeros auxilios, cursos de técnico en atención médica prehospitalaria, técnico en urgencias médicas, rescate en diferentes áreas, cursos avanzados de reanimación cardiopulmonar, etc. he visto muchas cosas inimaginables. Pero ¿qué marcó la diferencia el 01 de Octubre del 2023?"
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"La gente gritándome y jalándome que sacará a la gente de adentro, el señor aferrado a mi diciendo que tenía que volver a ingresar por que estaba su familia adentro, no le importó estar lesionado, por el mismo estado de shock ni siquiera era consciente de sus lesiones".
El joven relata que fueron de las primeras personas en llegar al lugar, él y su equipo, sin embargo no podían hacer mucho, por factores técnicos debían esperar.
“Cuando nosotros llegamos aún escuchábamos a la gente gritar adentro pidiendo ayuda, aún alcancé a escuchar niños llorando y algún bebé, no podíamos hacer mucho solos”, recuerda con tristeza.
Sin embargo, comenzaron con lo que sí podían hacer, que era llamar a dependencias responsables, dirigir a otros voluntarios para mover objetos que pudieran estorbar y empezar con las labores de rescate accesibles.
“Agradezco a los alumnos que se regresaron de sus casas apoyar, a aquella gente que llegó con agua, con gatos hidráulicos, con equipo, etc. Admiro a todas aquellas personas hombres y mujeres que los vi hasta descalzos cargando escombros sumamente pesados, el cuerpo humano logra hacer cosas sorprendentes en situaciones así, créanme”.
Se conmueve al percatarse que ese trágico día todos se sumaron sin importar nada más, “todos fuimos una mano de apoyo. Soy orgullosamente maderense y me quedo con un gran sabor de boca”.
Prefiere recordar la tragedia como un México solidario y que a pesar de la tristeza e incertidumbre que embargaba las calles de la Unidad Nacional, eso era lo único que importaba, mantenerse unidos y apoyando “hicimos lo que pudimos”.
“Seamos empáticos. No nos aprovechemos de la tragedia, que nunca sabemos cuándo podemos volver a ocuparlo”.
SJHN