"Nunca nos echamos para atrás": paramédicos del ERUM ante el covid-19

Para el Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas, las jornadas de trabajo se volvieron extenuantes con la pandemia, que fue de altibajos, pero el miedo siempre estuvo ahí, ya sea por el desconocimiento o por el riesgo de contagiar a familiares.

Los paramédicos también han tenido que aprender a convivir con la pandemia, en cuyo surgimiento abundó el pánico. (Araceli López)
Carlos Vega
Ciudad de México /

En los picos de la pandemia, las jornadas de los paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) se volvieron extenuantes: hasta 70 por ciento de las llamadas que recibían eran para atender casos de covid-19.

“Las jornadas laborales se volvieron ciertamente exhaustivas, en algunos casos era muy desgastante para el personal tener que hacer un traslado. Había días que prácticamente todo lo que atendíamos era covid”, señaló Alejandro Villegas, subdirector de capacitación y vinculación del ERUM.

Foto: Araceli López

Debido a las comorbilidades de algunos elementos del personal, el ERUM tuvo que contratar 250 elementos extra, para seguir atendiendo las emergencias cotidianas y las derivadas del contagio por el coronavirus pero, señala Villegas, “nunca se echaron para atrás ni se negaron a atender”, alguno de los 4 mil 893 traslados de pacientes en condición crítica por coronavirus, realizados desde que inició la pandemia.

“Yo destacaría que el personal nunca se echó para atrás. Lejos de sentir miedo o decir 'mejor no le entro', cualquier situación que uno pudiera esperar de rechazo hacia esta enfermedad, al contrario, el personal todo el tiempo está en la primera línea y pues hay que continuar. Yo le reconozco a todos los muchachos del ERUM su entrega y sus ganas de seguir trabajando”, externó.

Foto: Araceli López

En entrevista con MILENIO, algunos de sus integrantes reconocen que en los primeros meses del covid-19, trabajaban con miedo al no conocer nada sobre la enfermedad, ya que, al ser nueva, no sabían cómo prevenir el contagio.

“Al principio creo que todos mis compañeros y yo teníamos miedo porque esto era una enfermedad completamente desconocida, no sé conocían mucho los tratamientos ni la manera de prevenir”, cuenta la paramédico María del Carmen Martínez.

Sin embargo, la paramédico del ERUM dice que “las capacitaciones que hemos tenido y con lo que nosotros nos vamos informando, ya conocemos más esta enfermedad, obviamente sabemos cómo cuidarnos”.

Carmen vive con dos hermanas pequeñas y su madre, de las cuales, ella es la única vacunada de la familia, y dice que extrema precauciones para no contraer el virus y “evitar que mi familia tenga que pasar por una situación tan difícil como es estar en un hospital”.

Foto: Araceli López

Alejandro Villegas reconoce que este primer año de la pandemia fue de “altos y bajos”, desde estudiar e implementar los protocolos sanitarios para seguir brindando la atención, hasta la adecuación del equipo e instalaciones de trabajo.

“Ha sido mucho aprendizaje desde el inicio, con el personal; el poder establecer protocolos de atención, procesos que conforme se fue presentando la enfermedad tuvimos que ir ajustando. Tuvimos que acondicionar vehículos específicamente para el traslado de pacientes, que involucraba ya un equipo de protección mucho más reforzado. Todo se fue acondicionando al punto que llegamos ya a tener áreas específicas de desinfección de vehículos, rutas de recolección de residuos y reforzamiento incluso de personal”, detalló.

A un año de convivir con el coronavirus, y a pesar de que ya empezó la vacunación de algunos sectores de la población, María del Carmen hace un llamado a la sociedad:

“El hecho de que van disminuyendo un poco los contagios, no quiere decir que nosotros bajemos la guardia, sino todo lo contrario, inclusive ya con la vacuna. Creo que en la mayoría de nuestras familias tenemos adultos mayores que son la población de alto riesgo y que son quienes nos preocupan más; bueno, al menos en lo personal a mí me preocupa mucho mi mamá”, sostuvo.

DMZ

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