La discriminación, los prejuicios, el estigma y la desprotección jurídica, son algunos de los retos a los que se han enfrentado las parejas homosexuales para poder ejercer su paternidad o maternidad.
En los últimos años la sociedad ha tenido diversos cambios y la familia no es la excepción, lo que ha generado el surgimiento de diferentes tipos de familias, institución social que se ha transformado a lo largo del tiempo ante los cambios demográficos, la edad y las actividades propias de las personas. Una de ellas es la familia homoparental, conformada por una pareja ya sea de dos hombres o dos mujeres, misma que en los últimos años ha demandado tener los mismos privilegios que las familias tradicionales, en donde exista la posibilidad de criar, proteger y garantizar el desarrollo de los hijos, ya sea biológicos o adoptados.
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Tadeo Campagne, activista y defensor de la comunidad LGBT en Durango, manifiesta que aunque en el estado ya fue aprobado el matrimonio igualitario, uno de los problemas a los que se enfrentan, es en lograr el reconocimiento de los hijos e hijas nacidos dentro de estos matrimonios.
Señala que los procesos administrativos dentro del registro civil o de la propia legislación todavía tienen algunos huecos en lo legal, ya que si bien es cierto existen los derechos al matrimonio, ahora se requieren las garantías y la legislación correspondiente para proteger a hijos e hijas que en muchos de los casos están naciendo dentro de estos matrimonios. Con el paso de los años, indica, la clase política ha cambiado su forma de pensar en el tema del matrimonio igualitario, pero no así en el tema del ejercicio de la maternidad y la paternidad de una persona LGBT.
La adopción, un reto
El caso de la adopción, dijo, siempre será una vía y se ha convertido en un reto para los ciudadanos, pero en particular para las personas LGBT, lo cual, reiteró, tiene que ver con los estigmas que existen en la sociedad y dentro de las instituciones.
Existen prejuicios y tabúes, sobre el tema de los vientres subrogados y de las clínicas dedicadas a ayudar a las personas LGBT, en particular a los hombres gays para poder ser papás y poder ejercer el derecho a la paternidad de manera sanguínea.
Uno de los grandes debates que existe por un amplio sector, es la posibilidad de que un hombre gay pueda rentar un vientre, ser papá en un proceso como estos, ya que en gran parte del país hay clínicas especializadas con todas las regulaciones pertinentes y de manera legal para poder ejercer este derecho.
“Siempre y cuando esté dentro de la legalidad, siempre y cuando exista consenso entre las partes y siempre y cuando se haga todo en libertad y sin ningún tipo de presión, será una opción más allá de los prejuicios”.
Consideró que en el estado de Durango se ha avanzado en el tema de inclusión, de aceptación y de visibilidad, pero el reto que tienen las poblaciones LGBT y la propia sociedad, es el reconocer las diversas formas de matrimonio o familia como es la homoparental conformada no solo por una pareja, sino hijos, e hijas.
Gran responsabilidad
Tadeo Campagne, desde hace 6 años ha ejercido la paternidad a través de un sobrino, gracias a su hermana que le permitió asumir este rol y responsabilidad como padre, sin embargo en términos legales ha sido difícil, no solo en su caso, sino en muchas personas.
“He estado desde el día 1 hasta la fecha ejerciendo la paternidad con todos los derechos y obligaciones que esto conlleva, pero tenemos que tener alguna facultad legal para ejercer esta paternidad, estos derechos y obligaciones que les da tanto al menor como al adulto”.
Para Tadeo el ser papá es un reto y la responsabilidad más grande que puede tener una persona madura.
“Educar a un menor de edad, estar al pendiente si se cae, si está enfermo, si tiene hambre, si tiene frío, si fue a la escuela, es un gran reto, pero también como persona te ayuda a construir mucho de lo que eres”.
Aunque no fue una decisión en un inicio tomada por voluntad, asegura que con el paso del tiempo se convirtió en un ancla personal en todos los sentidos, afectivo, económico, social, responsable.
“En mi caso particular como un activista por los derechos de las personas LGBT, que además me considero un activista por los derechos de las familias fuera de la familia tradicional, ser padre se vuelve el reto más personal”.
Como padre homosexual, reconoce que siempre va a existir el estigma, la parte social en la que se cree que alguien puede cambiar su identidad u orientación por influencia de un adulto.
Señala que desde los 3 meses de nacido el pequeño ha crecido en el movimiento LGBT y lo ha acompañado en marchas y manifestaciones y el principal reto es que tenga una buena educación para entender que hay diferentes tipos de familias.
“Él entiende de manera muy clara que la sociedad es mucho más diversa a lo que normalmente a nosotros nos educaron, creo que ese es el reto más importante, que tenga una buena educación en la idea de entender que hay formas de familia muy diferentes, muy diversas, y que no existe ni la familia correcta ni la familia incorrecta”, expresó.
Freno para la paternidad
El primer reto al que se enfrenta una persona homosexual para ejercer la paternidad, es la discriminación, principalmente cuando se busca adoptar. Si bien es cierto, existe un bajo índice de adopción a nivel nacional en personas heterosexuales, esto se agudiza más cuando quienes lo buscan son personas del mismo sexo.
Brandon Centeno Alvarado, psicoterapeuta en terapia familiar y de pareja, manifiesta que el problema está en la discriminación que se presenta durante los trámites.
“Desde quien recibe la papelería, al ver que estoy encontrando dos nombres de hombres o mujeres, a lo mejor ya tengo un cierto prejuicio interno y entonces no validó la información de la misma forma y criterio que entre un hombre y una mujer”.
Es necesario capacitar al personal que labora en dependencias e instituciones para poder entender que hay otras formas para integrar una familia.
Existen instituciones que no solo velan por las necesidades de las infancias y adolescencias, sino también por la conformación de las familias, sin embargo, consideró que solo determinado tipo de personas son las que pueden acceder a la adopción.
De acuerdo a los artículos que hablan de familias homoparentales, se indica, que no existe una diferencia si una persona es educada por un hombre y una mujer, por dos hombres o por dos mujeres, ya que no es el hecho el género en el que se educa, sino en qué valores se está formando como persona.
Matrimonio y divorcio
Existe un avance en cuanto a los matrimonios igualitarios, sin embargo no se ha considerado la conformación de las familias.
Actualmente, uno de los problemas a los que se enfrentan, son los divorcios, en los que en el caso de los matrimonios igualitarios, no se ha considerado la tutela o responsabilidad, ya que desde el sistema no se ha tenido la capacidad de rectificar estos matrimonios.
Si bien es cierto, en el estado de Coahuila está legalizada la adopción en matrimonios igualitarios, existen otras entidades en donde no lo está.
“Hay gente que tiene hasta 8 años esperando a ver cuándo les dan luz verde para continuar en el proceso de adopción y ahí estamos violentando los derechos”.
En el caso de dos hombres que buscan ser padres y que biológicamente no pueden, es a través de la adopción como pueden ellos ejercer su paternidad, sin embargo son violentados sus derechos al no tener acceso a estos servicios.
Muchas de las veces se recurre a los vientres subrogados, sin embargo, en Coahuila no existe una regulación.
“No estamos validando y mucho menos asegurando que estas infancias tengan familias y que no importa si son dos hombres o dos mujeres, al final del día es que tengan un lugar seguro”.
Para avanzar, consideró que es necesario que exista un compromiso de los gobiernos municipales y estatales, no solo de capacitar, sino de agilizar los procesos burocráticos y se respeten las garantías y los derechos de la comunidad LGBT.
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