Contra trata, pedofilia y feminicidio “llegamos tarde”, afirma Saskia Niño de Rivera

Lo anterior, es una de las reflexiones que la activista obtiene de las páginas de su nuevo libro “No nos dejes caer en tentación: Trata, pedofilia y corrupción de menores. Historias y reflexiones de quienes la ejercen y quienes la sobreviven”.

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Ana Laura Vásquez
Tlaxcala /

En prevención y combate de los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual, pedofilia, corrupción de menores y feminicidio, México llegó tarde; como consecuencia, la violencia sexual se apodera cada vez más del país.

Lo anterior, es una de las reflexiones que la activista Saskia Niño de Rivera, obtiene de las páginas de su nuevo libro “No nos dejes caer en tentación: Trata, pedofilia y corrupción de menores. Historias y reflexiones de quienes la ejercen y quienes la sobreviven”.

“Violencia sexual es un tema muy importante del que hablamos muy poco, es un tema que porque silenciamos se está apoderando cada vez más del México en el que vivimos”, apuntó en Tlaxcala, a donde acudió para presentar la obra.

Consecuencia de ese rezago en la tarea de prevenir y combatir los delitos sexuales, subrayó, son los niveles de impunidad porque es el delito que menos se denuncia. Por ejemplo, el 99.9 por ciento de las agresiones sexuales en contra de niños y niñas no se denuncian y cada día desaparecen en el país siete mujeres.

Esto, indicó, pese a que estudios del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef en inglés), han documentado que en México cinco de cada 10 niñas han sufrido violencia sexual desde los 15 años, mientras que en los niños la incidencia es de dos de cada 10.

También, a pesar de que en México se produce el 60 por ciento de la pornografía infantil que consume en todo el mundo y de que en 2023 el país peleará con Tailandia el primer lugar en prostitución y turismo sexual infantil.

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“Entonces, tenemos que hablar de este tema, y yo sé que es un tema que duele muchísimo y es un tema que incomoda muchísimo porque muchas mujeres venimos de mamás o abuelas que fueron educadas a que de esos temas no se hablan y fueron educadas sobre que el cuerpo de la mujer, su deber, es satisfacer a su pareja o a los hombres”, señaló.

Por tanto, comentó que la delincuencia sexual existe por la ausencia de una sociedad que debería estar materializada, por ejemplo, en la familia o la policía. Los delitos sexuales han crecido tanto que hoy México tiene a Acapulco, Cancún, Guadalajara o Tijuana como mecas de prostitución y de trata de personas con fines de explotación sexual forzada.

De eso se trata el nuevo libro de la activista, también fundadora de la organización Reinserta desde donde aborda temas del sistema penitenciario y trabaja con niñas, niños y adolescentes impactados por la violencia.

Momento de romper silencios

Para Saskia es momento de romper aquellos silencios reforzados, incluso dentro de los hogares, para esconder las agresiones y a los agresores sexuales, a fin de dejar de reproducir estereotipos de que la mujer solo sirve para satisfacer al género masculino lo que normaliza los delitos sexuales.

“Es momento de romper esos silencios, porque el tema de la violencia sexual es un tema bien complejo por eso me decidí a hacer este libro porque la corrupción de menores, la pedofilia, la trata, está ahí muy entrelazado todo; hoy en día es muy complicado hablar de esos temas sin necesariamente tocar alguno de esos temas, no están exentos uno de los otros”, indicó.

En No nos dejes caer en tentación, la autora aborda la indiferencia de la sociedad y de las autoridades frente al trauma que significa una violación a una mujer, también ahonda en el inframundo del abuso sexual infantil y el proceder de los victimarios, y propone la necesidad de comprender los contextos en los que ocurren los delitos sexuales, así como de modificar el tratamiento de los delincuentes sexuales desde una perspectiva preventiva y ya dentro de los centros reinserción social.

Asimismo, sugiere que dentro de las familias, padres, madres o tutores dejen de silenciar los temas de sexualidad y asuman la educación sexual de sus hijos e hijas, conforme a la edad en la que se encuentran, en vez de dejarla a la pornografía o en manos de potenciales agresores sexuales.

Destacó que los delitos sexuales también son resultado del miedo que predomina en las familias de hablar sobre sexualidad, lo que a su vez deriva que, en el entorno familiar, padres, madres y demás integrantes de una familia no hagan del hogar un espacio seguro.

Explicó que en Reinserta han llegado víctimas de agresiones sexuales que ni siquiera se reconocen como víctimas porque no sabían que aquello que les hacían sus agresores era un delito.

“En el momento en que empecemos a generar espacios seguros para nuestras hijas y nuestros hijos; entonces, entonces, los agresores van a tener que hacerse para atrás porque van a saber que no lo vamos a permitir”.

Pedofilia: testimonios plagados de ‘le dije, pero no me creyó’

Una respuesta a la pregunta del por qué el 99 por ciento de los casos de abuso sexual no se denuncian, según la autora, está en la decisión de un padre o madre de familia de no creerle a su hijo o hija cuando este le revela que ha sido abusado por su primo, tío, abuelo o cualquier otra persona allegada.

Y lo hace porque prefiere salvaguardar la integridad familiar que defender la dignidad y el cuerpo de sus hijos.

“Eso pasa. Los testimonios de las víctimas están plagados de ‘le dije, pero no me creyó’, y no me puedo imaginar el dolor de que tu hija venga y te diga ‘me pasó esto’”, expresó.
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La activista señaló que, sin duda, el negarlo puede ser un mecanismo de defensa increíble, pero las consecuencias de la violencia sexual y el trauma que deja en las personas son de por vida; por tanto, insistió en creer en la voz de las víctimas para cambiar sus vidas y de esta forma disminuir las estadísticas en México sobre delitos sexuales y violencia.

“No entiendo cómo hemos llegado a estos números y no sea el tema más importante del que estamos hablando. Cada vez tenemos a más mujeres que están en la cárcel por matar a sus agresores porque matar a sus agresores fue la última oportunidad que tuvieron para sobrevivir”.
“Cada vez estamos hablando más de feminicidios sin hablar que el feminicidio es la lección perfecta de que llegamos demasiado tarde. La gran mayoría de mujeres que son asesinadas en este país pasan por una serie de momentos de violencia en los cuales no hicimos absolutamente nada, y no nada más violencia física sino sexual también, muy probablemente desde la infancia porque normalizaron en la infancia el ser utilizadas como niñas, como mujeres”.

Trata: normalización de la violencia sexual de generación en generación


Entre las páginas del libro, está la entrevista de uno de los grandes tratantes de Tlaxcala, buscado por el FBI en Estados Unidos, porque tenía la red de trata más importante que operaba desde el territorio tlaxcalteca hasta Nueva York. La autora lo identifica como Noé.

Comentó que, desafortunadamente, si algo le enseñó Noé, fue que la normalización de la violencia sexual se empieza a permear de generaciones en generaciones, en generaciones por la aspiración de los niños a ser tratantes.

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“Y eso implica que estamos llegando demasiado tarde porque es la tercera generación y la cuarta generación ya normalizó que su valor como mujer tiene que ver con la prostitución y con servir a su hermano, a su papá o a su marido”.

Acentuó que los tratantes fueron educados para ser flojos y pensar que la prostitución es un trabajo digno, por ello, consideró que la trata de personas con fines de explotación sexual es un tema “muy complejo” de atender porque no es una actividad delictiva ejercida por una persona que de manera consciente decidió cometer un delito, sino que influyen diversos factores sociales normalizados en el entorno social de los tratantes y las víctimas.

“Uno de los factores más complejos de perseguir el delito de la trata en México tiene que ver con la manipulación psicológica que hacen los tratantes para con las mujeres. Te amo, te necesito, no me dejes, todo este proceso en el cual van manipulando a las niñas y a las mujeres para que las mujeres voluntariamente se presten para prostituirse”.

Niño de Rivera aseveró que los tratantes se victimizan tanto, al grado de que un tratante de Nuevo León incluso ofreció hacer un manual de cómo prevenir la trata porque es fácil para ellos detectar la vulnerabilidad de las mujeres óptimas para reclutar para el mercado sexual.

“Cada vez vemos más víctimas de trata que hoy están en la cárcel acusadas de trata, todas las mujeres acusadas de trata, en su gran mayoría, fueron en algún momento víctimas de trata; entonces, hay un tema ahí de perspectiva de género, estamos llegando demasiado tarde y no estamos llegando con las herramientas necesarias”.

Replantear el encarcelamiento para agresores sexuales

Entre las lecciones que dejó a Saskia Niño de Rivera, escribir su libro “No nos dejes caer en tentación”, está el replantear el proceso de encarcelamiento, reinserción social y tratamiento de los agresores sexuales.

Señaló que como no es un “delito de moda”, el Poder Legislativo no ha incrementado las penas y por eso hay pederastas que tienen sentencias de ocho o 10 años de prisión, obtendrán su libertad y volverán a ser agresores sexuales porque están en un modelo de atención que tiene que ver con educación escolar, trabajo y salud mental.

“Desafortunadamente, el modelo de reinserción que estamos atendiendo con agresores sexuales es completamente inadecuado e ineficiente”, expresó.

Precisó que, por ejemplo, los profesionales en psicología no atienden a agresores sexuales, ni siquiera a aquellos que al detectar esa tendencia buscan ayuda preventiva, porque les da horror.

“Y es de horror, pero si lo seguimos silenciando es completamente contraproducente para todos”, acotó.

En entrevista posterior a la presentación del libro, la activista puntualizó que, en su opinión, en México se debe replantear el tratamiento que se da dentro de prisión a los agresores sexuales y adoptar para ellos la segregación, además de dar prioridad en su salud mental.


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