¿Quién es Carlos Iván Moreno, aspirante a la rectoría de la UdeG?

Desde sus años como líder estudiantil en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), la Universidad de Guadalajara fue su campo de batalla y también su hogar.

Carlos Iván Moreno, aspirante a rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) /Foto: Especial
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

Carlos Iván Moreno tiene una mirada que parece ir siempre un paso más allá de las palabras. No es el típico político de frases afiladas ni el líder que se vanagloria en sus logros. No. Moreno es, en su esencia, un hombre de vocación serena, alguien que ha recorrido el camino de la academia con la seguridad de que cada paso cuenta, de que cada gesto deja huella.

Desde sus años como líder estudiantil en el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), la Universidad de Guadalajara fue su campo de batalla y también su hogar. Sin caer en los juegos de poder que suelen devorar a los jóvenes idealistas, Moreno optó por un sendero menos visible, pero quizás más valiente: el del estudiante que organiza conferencias, invita a expertos y apuesta por el conocimiento como su única bandera: “Siempre he sido un poco ñoño”, confiesa sin vergüenza, recordando los días en que, junto a su equipo de colaboradores, organizaba eventos académicos en el CUCEA y en el Paraninfo. “Fue una de las etapas más enriquecedoras de mi vida, una experiencia fundamental para conocer, desde dentro, la universidad y también para impulsar proyectos de mejora”.

La vida, con sus giros, lo llevó después a Estados Unidos. Gracias a una beca, estudió en la Universidad de Nuevo México, algo que, en sus propias palabras, “siendo un hijo de la escuela pública, jamás hubiera imaginado”. Allí le tocó vivir uno de los momentos más oscuros de la historia reciente: el 11 de septiembre de 2001. “Nos tocó el atentado del 11 de septiembre en Nueva York; mis compañeros mexicanos y yo pensábamos que se iba a acabar el semestre, que nos íbamos a tener que regresar por este casi apocalipsis. Ese día no hubo clases, pero al día siguiente las aulas se abrieron de nuevo. Esa normalidad me marcó: me enseñó la resiliencia de un país, su capacidad para continuar incluso en medio del caos”.

Años después, con un doctorado en políticas públicas bajo el brazo y una familia que ya incluía a su primera hija, regresó a México. La Cámara de Diputados le ofreció un nuevo desafío en la Comisión de Educación. “Cuando estaba por terminar el doctorado, me especialicé en el tema de Financiamiento de la Educación Superior. Me invitaron a formar parte de la Cámara de Diputados en San Lázaro como jefe de asesores, y estuve ahí tres años. Fue una experiencia a nivel nacional, de negociación y acuerdo político, donde impulsamos una de las primeras iniciativas para hacer obligatoria la educación media superior a nivel nacional”. Sonríe al recordar aquella etapa: “Es uno de los grandes orgullos de mi vida”.

Como un marinero que siempre vuelve al puerto, Carlos Iván regresó a la Universidad de Guadalajara, donde ha sido pieza clave en su liderazgo académico. Fue vicerrector, coordinador general y, actualmente, director de la Universidad Virtual. En tiempos de pandemia, él y su equipo asumieron la tarea de transformar la educación en línea, a veces con prisa, otras con incertidumbre, pero siempre con la convicción de que la UdeG debía seguir adelante. “Regresar a la universidad fue uno de mis mayores honores”, dice, recordando su paso por la Coordinación General de Planeación y su última etapa como vicerrector. “Implementar un plan de austeridad para la Universidad fue clave en tiempos de escasez, una etapa que nos preparó para los retos actuales”.

Fuera de lo académico, Moreno es un hombre de pasiones que lo mantienen en equilibrio. Entrenó Taekwondo durante su adolescencia y alcanzó el segundo dan de cinta negra, una disciplina que le dejó fracturas en el empeine y en la nariz, y que, dice, le enseñó a encarar los embates con calma: “Mis hijas me dicen que ya no soy cinta negra, que fui”, comenta con humor, consciente de que la vida de alto rendimiento quedó atrás. Pero esa disciplina se refleja en su afición por correr: es su ritual diario, su forma de “oxigenarse” y aclarar la mente. En cada ciudad que visita, procura correr para conocer sus calles “a paso de trote”, aprovechando sus viajes breves para conectar con el lugar.

Entrevista con Carlos Iván Moreno | Video


Su curiosidad va más allá del deporte. Es un lector apasionado, pero no de economía o políticas públicas; se sumerge en libros de física cuántica, biología y literatura. “Me gusta leer cosas lo más ajenas a mi disciplina o a mi área de trabajo”, admite, disfrutando del desconcierto que le provocan estos temas. También es cinéfilo: para él, Interestelar y El eterno resplandor de una mente sin recuerdos no son solo películas, sino “viajes hacia los misterios de la memoria y el tiempo”.

En cuanto a sus gustos culinarios, tiene un paladar sencillo y bien definido: adora el sushi y el clásico club sándwich, que considera un “infaltable” en sus viajes. Y aunque no sea un experto, disfruta del vino tinto, con preferencia por un Cabernet bien servido.

El lema de su proyecto es “Visión colectiva para la Universidad del Futuro. Universidad Humanista, Innovadora e Incluyente”. Bajo esta premisa, hoy, como aspirante a la rectoría de la UdeG, Carlos Iván Moreno sueña con una universidad capaz de adaptarse a los retos del siglo XXI. “Visualizo una universidad cada vez más flexible, dinámica, donde los estudiantes tengan opciones múltiples a través del aprendizaje digital”, comenta con la voz de quien habla de un plan de batalla. En su visión, la institución debe ofrecer movilidad académica, certificaciones y un entorno que responda a las necesidades de salud mental, un tema que considera vital para los estudiantes: “La Universidad de Guadalajara debe ser un espacio donde se forje el bienestar integral de los estudiantes, no solo su éxito académico”.

Además, asegura que quiere que el impulso cultural de la UdeG sea “un mecanismo democratizador” que permita llevar la paz y la convivencia a las comunidades. “Es lo que ha hecho la Universidad a lo largo de los años con la Feria del Libro, el Festival de Cine y otros eventos”, dice, enfatizando la importancia de que estas manifestaciones culturales permeen en los centros universitarios y en las aulas.

Hablar con Moreno es observar a alguien que lleva años en una campaña discreta y constante por transformar la educación. La UdeG es su hogar, y lo que busca en ella es lo que anhela para el mundo: una red de esperanza y conocimiento que permita navegar tiempos inciertos. Porque en esta era, donde la polarización amenaza con devorarlo todo, Carlos Iván Moreno mantiene la fe en el poder de las aulas y en el de la educación para cambiar el rumbo de una nación.


JMH

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