Mercedes González Cervantes, mejor conocida como la maestra Meche, ha dedicado más de 50 años de su vida a la docencia. Asegura que el enseñar, orientar y apoyar a otras personas a forjar su futuro es una satisfacción muy grande que trae esta noble profesión.
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Fue en 1968 cuando Meche tuvo su primer contacto con la docencia ella estudiaba y trabajaba, y aun así se hizo espacio para dar clases a un grupo de niños y jóvenes en una escuela nocturna, ese grupo significó tanto para ella que fue ahí cuando decidió que la docencia sería parte de su vida para siempre.
“Empecé trabajando en una nocturna estaba muy a gusto porque tenía grupos de personas que querían aprender y trabajaban, aunque fueran pequeños trabajaba y después iban a la escuela nocturna. Trabajé muy a gusto con mi primer grupo entonces me metí a estudiar para maestra. En ese tiempo al mismo tiempo estudiaba y trabajaba para aplicar lo que iba aprendiendo eso me lleno de satisfacción porque veía que el grupo avanzaba”, dijo en entrevista.
Al ver los resultados en su grupo, sus ansias por prepararse mejor crecieron por lo que entró a estudiar para maestra normalista además de obtener una licenciatura en inglés y tomar cuanto curso se le cruzaba en el camino para aumentar sus conocimientos y estar mejor preparada para sus estudiantes.
“A veces llegaban sin poder hablar español porque eran de Veracruz y hablaban náhuatl y al mes o mes y medio ya hablaban perfecto español, eran muy entusiastas en el estudio, tuve muchos casos muy bonitos que me dieron muchas satisfacciones para seguir estudiando, estuve en cursos de una cosa y otra y otra para preparar la mejor clase lo que más me impulsó fue ese primer grupo con el que me fue muy bien y me dio ánimos de seguir estudiando”, detalló.
Tras obtener sus títulos como maestra normalista, comenzó a trabajar de lleno en una primaria, luego en una secundaria nocturna y para 1987 en preescolar, donde hasta ahora se sigue desarrollando y en donde encontró una mayor satisfacción con su trabajo pues se trata de fomentar la educación a los más pequeños, así como el dejarlos explorar y crecer.
“Es curioso pero vienen aquí (a su oficina) por ejemplo cuando se lastiman y les duele una cosa vienen y les doy una pomadita o les pongo cualquier cosa y se van contentos, pueden venir aquí a tomar los libros y sentarse en el suelo y yo los observó, les prestó mis herramientas de trabajo como la engrapadora que les llama la atención, la perforadora, me gusta darles a conocer cosas que ellos tengan confianza y me satisface que estén aquí rodeándome a pesar de que hay de todo niños que no obedecen he tenido muchas satisfacciones”, dijo.
Para 1995 llegó a la colonia Lomas del Verde en la localidad del Verde en el municipio de El Salto, ahí ella fue uno de los pilares importantes para la creación del primer y único kínder del lugar, junto con el presidente de colonos, vecinos y algunos maestros de la primaria comenzaron con los permisos y donación de terrenos para la construcción del plantel que ella misma nombró como “José Clemente Orozco”, este lugar ha sido prácticamente su casa desde entonces y en donde ha visto desfilar a cientos de alumnos y a sus hijos hecho que con el paso de los años los propios alumnos se lo han agradecido.
“Me satisface, me dan amor, me dan respeto, admiración, uno se siente bien y halagado, me vienen a visitar mis ex alumnos unos ya tienen oficio algunos son ingenieros van estudiando y vienen y ahora traen a sus hijos incluso tengo algunas parejas que se conocieron en el kínder, siguieron juntos y ahora se casaron justo ahora tengo un niño muy bien educado muy correcto que lo trae su papá que fue alumno mío, es una satisfacción muy grande al ver que estamos haciendo una buena labor que los estamos preparando”.
A lo largo de sus ya 51 años de trayectoria, Meche se ha enfrentado a diversas complicaciones como docente, desde la falta de pagos y problemas con los padres de familia sin embargo para ella lo más complicado ha sido el mantenerse actualizada y acorde con lo que año con año cambia en materia de educación.
“Hay personas que dicen que no les han pagado durante 2 años a mí no yo he recibido mi sueldo normal, pero si le batallan sobre todos los nuevos que pasan meses y reciben sus plazas muy lejos. Pero creo que de lo más difícil ha sido estarme adaptando a lo nuevo porque con cada gobierno me cambian a un sistema y a otro, pero cuando estoy en la práctica se me hace muy satisfactorio sobre todo cuando el grupo avanza”, detalló.
Ahora de 74 años, y con dos hijas docentes, la maestra y directora, está a unos meses de su jubilación, un paso muy difícil para ella pero a la vez muy emocionante de poder dedicarse tiempo para sí misma aunque claro sin dejar de compartir sus conocimientos.
“No me quiero ir, llevo cuatro años queriéndome ir y nada más no me voy, ahorita tengo que entregar toda la documentación tengo que separar la mañana de la tarde en eso me estoy entreteniendo al principio yo misma ponía pretextos para no irme y ahora que me lastimé la columna pues ya definitivamente no puedo ir a trabajar, se siente feo cuando veo que están haciendo muchos cambios en la escuela y qué tal vez yo habría hecho diferente.
“Tengo planes de dedicarme a mí, ir a nadar, hacer ejercicio para mejorar la columna, ya no estar sentada todo el día. Quiero leer más tengo una biblioteca grande que no uso, quiero hacer una especie de curso para darles ideas a mis compañeras, cada que veo una cosa nueva se me ocurre que yo podría hacerlo, pero hasta ahora descansar es lo que creo que voy a hacer”, finalizó.
MC