Una carrera por el cielo

Perfil: Próximo a ser piloto aviador

Volar siempre ha llamado la atención de Jhonatan, quien a sus 24 años de edad está por concluir su preparación para comenzar a trabajar en aerolíneas comerciales y sus dos hermanas ya trabajan como azafatas

Jhonatan Morales Hernández está a punto de convertirse en piloto aviador comercial de ala fija. (Cortesía)
Martín Patiño Segura
Guadalajara /

Con dos hermanas azafatas , gustos idénticos a los de sus padres, relacionados con el mundo de la aeronáutica y apenas 24 años de edad, Jhonatan Morales Hernández está a punto de convertirse en piloto aviador comercial de ala fija.

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“Desde niño siempre me ha llamado la atención del mundo de la aeronáutica, a mis papás también les gusta. De hecho tengo dos hermanas que ya son azafatas”, indicó Morales Hernández, quien aún cursa la carrera en el Instituto Tecnológico de Aviación Comercial (ITAC), ubicada en avenida La Paz al cruce con la calle Pavo, en Guadalajara.

Agregó que si bien es una profesión sumamente riesgosa, tiene sus recompensas, pues de acuerdo a sus horas de vuelo, clases teóricas y experiencias de otros colegas suyos, la paga es buena, y más en aerolíneas comerciales.

“Yo estoy a punto de graduarme. Ya casi me recibo como piloto aviador comercial de ala fija; el campo laboral es amplio, todo depende de cómo te relaciones o qué es lo que busques. Uno (como piloto) puede ser desde piloto privado para empresarios, artistas o cadenas comerciales de compañías hasta las aerolíneas comerciales, esas que trasladan pasajeros a varias partes del mundo. Los sueldos, para los pilotos comerciales, como por ejemplo a un primer oficial ronda entre 30 y 45 mil mensuales y a un capitán, un capitán ya gana arriba de 50 mil”, explicó.

Sin embargo, los costos de estudio también son elevados, pues son tres años de estudio, en los que se combinan teoría y práctica, es decir horas de vuelo, además de los riesgos habituales al volar en una aeronave.

“Pues los riesgos siempre están latentes, son máquinas y no tienen palabra, suelen fallar, en cualquier momento y a cualquier hora, pero no siempre ocurre así, pues se les da su debido mantenimiento”, reconoció el joven.

Para poderse subir a una aeronave y hacerla volar, es necesario estar debidamente certificados, tener actualizado su examen médico y contar con su licencia registrada ante la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), cuya comandancia se encuentra en la Torre de Control del Aeropuerto Internacional de Guadalajara “Miguel Hidalgo”.

Además de haber realizado, al menos, 170 horas de monomotor, 10 horas de bimotor y 50 horas de simulador.

MC

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