La aparición del ChatGPT, un sistema de chat basado en el modelo de lenguaje por Inteligencia Artificial GPT-3, desarrollado por la empresa OpenAI, ha encendido las alarmas en diversos campos, en particular el académico.
La empresa estadunidense Turnitin, famosa por desarrollar diversos software antiplagio que son usados en instituciones educativas en todo el mundo, ya prepara un sistema que permitirá identificar cuando un texto sea elaborado por un estudiante, o bien por chats de inteligencia artificial.
Rosa Elizondo, vicepresidenta regional de Turnitin, explicó que el sistema anclado a sólidas bases de datos integradas por ensayos estudiantiles de más de 18 mil instituciones y 19 idiomas permitirá cotejar los textos.
“Ahorita está en laboratorio nuestro sistema, aprende de la gran base de datos que tenemos de los ensayos de los alumnos, aprende cómo escribe un alumno, cómo varía su lenguaje, cómo se extiende las oraciones y los párrafos de diferentes maneras y eso lo toma para compararlo con, puede ser el texto que se ha generado por inteligencia artificial y por hoy tenemos 97.7 de certeza en que estamos identificando cuando el texto ha sido creado por un ser humano y cuando el texto ha sido creado por un sistema de inteligencia artificial que sigue rutas o patrones de escritura que son un poco más predecibles”, explicó.
Aunque parezcan textos sólidos y de gran congruencia los elaborados por la inteligencia artificial, las máquinas aún están lejos de las habilidades humanas como sentido común, pensamiento crítico y empatía.
“La manera en que trabajan estos sistemas de chats es que predicen qué palabra utilizar seguida de la otra y, hoy por hoy, no tiene una variedad del lenguaje, es un tanto predecible porque sigue una norma, de forma que alcanzamos a identificar cuándo fue creado por un alumno y cuándo fue creado por inteligencia artificial”, detalló.
La inteligencia artificial ha avanzado a paso veloz en los últimos años, pero aún requieren ajustes estos chats inteligentes.
“La manera en que están trabajando los sistemas de generación de texto por tecnología siguen patrones que son identificables hasta ahora, en el estado actual de la tecnología. Nosotros, los humanos, no seguimos un modelo prestablecido de longitud de oraciones, de longitud de párrafos que tiende a utilizar un sistema de esta naturaleza”, explicó.
Elizondo adelantó que en tres meses el software antiplagio para chats AI estará disponible como previsualización para que los asesores, grupos de académicos con los que trabajan, brinden retroalimentación sobre su funcionamiento.
Consideró que si bien las tecnologías ayudarán para identificar trampas entre los estudiantes, las herramientas de AI colocan a la academia en un panorama donde es necesario repensar la pedagogía.
“Con todo este surgimiento de la inteligencia artificial se tienen que repensar y reevaluar cómo evaluar si el alumno está haciendo el trabajo por sí mismo, no como pedir el resumen de un libro, sino pedir que hagan una reflexión en base a su propia experiencia, la manera en que educamos y evaluamos tiene que ir adaptándose para evitar que un simple texto creado por alguien más pueda utilizarse para comprobar que desarrollaste tú tus habilidades y conocimiento”, agregó.
Turnitin tuvo su origen en la Universidad de Berkeley, California, y hace 7 años brindaban sus servicios a menos de 100 instituciones educativas, ahora más de mil en todo el mundo usan sus software antiplagio; 150 en el caso de México.
Productos que dan resultados
La Universidad Juárez Autónoma de Tabasco es una de las instituciones de educación superior en México que utiliza el software de Turnitin para identificar copias parciales o totales en las tesis, textos de investigación y académicos en general.
Gracias a la revisión de tesis con iThenticate, uno de los productos que ofrece la firma, se pudo identificar que al menos 15 estudiantes compraron sus tesis a un grupo de 6 profesores que las redactaban a manera de negocio.
Cuatro de los profesores ya fueron despedidos y el resto está en un proceso administrativo que podría culminar con su despido, mientras que los estudiantes deberán tomar un taller de ética durante un semestre antes de poder titularse.
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