Pintor, político, cuentista, vulcanólogo, ensayista, periodista, pero sobre todo, un hombre enigmático que protagonizó una vida intensa y extravagante. Gerardo Murillo, mejor conocido como el Dr. Atl, fue un destacado en la exploración, geología, filosofía, historia, crítica de arte, política; era apasionado de la vulcanología; estilista, doctor y profesor.
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Nació en el barrio de San Juan de Dios, en Guadalajara, Jalisco el 3 de Octubre de 1875. Hijo mayor del matrimonio formado por el farmacéutico Eutiquio Murillo y su esposa Rosa Cornado.
Tomó sus primeras lecciones de pintura a la edad de 19 años en el taller de Felipe Castro en su ciudad natal. En 1895 se fue a vivir a la ciudad de Aguascalientes, donde continuó sus estudios de preparatoria en el Instituto Científico y Literario del Estado. Se regresó después a Guadalajara y frecuentó el taller de Félix Bernardelli.
Luego pasó a la capital de la República e ingresó a la Escuela de Bellas Artes y a la Preparatoria. Porfirio Díaz lo pensionó como estudiante de pintura en Europa. Cursó filosofía y derecho en la Universidad de Roma. Colaboró con el Partido Socialista Italiano y con el periódico Avanti. Fue caminando hasta París para escuchar las cátedras de Henri Bergson sobre arte. Por aquel entonces, Leopoldo Lugones lo bautizó como Dr. Atl.
Estuvo en Inglaterra, Alemania, Francia, España e Italia. En París se impregnó del arte pictórico antiguo, y sobre todo de la pintura mural renacentista, en la exposición anual del Salón de París, obtuvo en 1900 una medalla de plata por la exposición de su Autorretrato al pastel.
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Cuando se le terminó el dinero de la beca regresó a México y la Academia de San Carlos lo contrató para que realizara trabajos de clasificación, evaluación y restauración de las diferentes colecciones que adquiría. Estableció su estudio en la misma academia y asistió a los talleres de pintura y dibujo impartidos por la noche. Ahí fue donde arremetió contra los métodos de enseñanza de las artes. "El agitador", como llamaban al Dr. Atl en San Carlos, persuadía tanto a sus colegas, como a los pintores más jóvenes de la importancia del arte popular. Entre esos pintores estaba José Clemente Orozco.
En Agosto de 1914, Gerardo Murillo fue nombrado interventor de la Escuela Nacional de Bellas Artes o de San Carlos, luego quedó al frente de la institución, lo cual le permitió realizar cuanta reforma creyó necesaria en los programas de estudio.
A partir de 1920 se dedicó a la publicación de libros, o a ilustrarlos, con retratos, desnudos de mujeres, montañas, mares, volcanes y comentarios. En 1921 salió a la luz pública Las artes de México, en 1924, Las iglesias de México, y América, revista de la Liga de Escritores de América, de la cual fue presidente en 1926.
Entre sus obras más importantes destacan los retratos de la modelo Carmen Mondragón, con quien sostuvo un sonado romance, bautizada en 1921 como Nahui Hollín por el doctor Atl.
Tras la amputación de su pierna derecha, el Doctor Atl se vio impedido de seguir escalando volcanes y montañas, actividad que venía realizando desde 1909, se dedicó entonces a sobre volar los cielos, lo que le permitió alcanzar una visión más amplia de los paisajes, a raíz de lo cual creó el "aeropaisaje". Otra de sus creaciones fueron los "atl-colors" una pasta dura compuesta de cera, resina y petróleo con los que se podía pintar sobre papel, tela o roca.
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Su afición por los volcanes, lo llevó a escalar frecuentemente el Popocatepletl y el Iztaccíhuatl, lo llevó también a presenciar el nacimiento del Paricutín en 1942. Registró el fenómeno y elaboró apuntes y pinturas. Escribió con ello su libro Cómo nace y crece un volcán: el Paricutín.
El paisajista y vulcanólogo, polémico y productivo Gerardo murió en la Ciudad de México de un paro cardiorrespiratorio el 15 de agosto de 1964. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores.
MC