Son las 12 del día, para los católicos la hora del ángelus. Y por más increíble que parezca, en pleno día santo la catedral está cerrada. El coronavirus provocó que todos los eventos religiosos fueran cancelados o reprogramados. Sin embargo, eso no impide que la fe se manifieste en la ciudad zapatera, donde a decir de algunos creyentes ahora más que nunca se debe orar.
"Vengo a rezar porque eso es lo que debe de hacer un hijo de Dios ante todo no dejar de hace lo que debe de hacer siempre que es rendirle honor, gloria a nuestro señor y más ahora que en estos momentos que vemos a nuestros hermanos que están en una situación muy difícil. Si no nos condolemos con el corazón qué va a pasar con nosotros", dijo Ana, creyente.
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Algunos portan cubre bocas, otros no, pero se acercan lo más que pueden al recinto sagrado, mientras los policías pasan y con un altavoz lanzan un mensaje "Quédense en casa, sólo se permite salir a quienes tengan que realizar actividades esenciales", y para quienes acuden a rezar, aunque esté cerrado, es un acto que representa una gran importancia.
"Lo único que nos mantiene es la fe en Dios nuestro señor y más que nosotros como leoneses que tenemos esta gracia de que nuestra madre santísima quiso ser nuestra patrona, pues venirle a suplicar a pedir su protección no nada más a nuestro estado, sino a todo el mundo", dijo Ana.
Hay otros fieles que elevan sus súplicas a través de la música, como Ignacio Flores quien al ritmo de la flauta interpreta "El pescador".
"Si le pido por lo que estamos pasando, le pido por mis hijos, mis nietos, mis hermanos, por mi y por la situación que viene más fuerte para nosotros no sólo en salud sino en lo económico"
La contingencia provocó el cierre de la mayoría de las iglesias, otras unas pocas sólo permitieron la entrada a un par de fieles quienes no pudieron tomarse de las manos al rezar el padre nuestro ni tampoco dar la mano al momento de brindar "la paz", pero que esperan que con sus oraciones la salud regrese y todo vuelva a la normalidad.