Al conmemorarse este domingo la Jornada Mundial de los Pobres, Rogelio Cabrera López, arzobispo de Monterrey, pidió a la comunidad regiomontana apoyar a quienes se encuentran en situación extrema al grado de no tener para sus alimentos.
Monseñor señaló que en Nuevo León existen casi un millón de personas que viven en pobreza extrema y grave.
Situación por la cual resaltó la labor que han realizado Organizaciones Civiles, el Congreso local y el Gobierno del Estado a través del proyecto Hambre Cero, el cual busca erradicar la pobreza alimentaria.
“En Nuevo León, nos dicen, son 160 mil los que están en extrema pobreza y 800 mil en pobreza grave, casi un millón, que no tienen lo suficiente para vivir”, dijo.
Sin embargo, también lanzó un llamado a las organizaciones civiles y ciudadanía en general para tener paciencia con los migrantes centroamericanos quienes en diversas ocasiones han “despreciado” y criticado los alimentos que se les han brindado en su paso por la localidad.
“Quiero comentar acerca de la situación de los migrantes de centroamericanos, aquí en nuestra ciudad ha venido grupos pequeñísimos que están siendo atendidos, especialmente en la Casa Indi de aquí de Santa María Goretti, nosotros vemos que ya vienen cansados, no solamente física, sino en el ánimo, por eso algunos de ellos tienen actitudes que pueden no gustarle a los ciudadanos, por ejemplo, que rechacen la comida o se expresen mal de los servicios que se les prestan.
“Yo les he pedido aquí en Casa Indi que tengan paciencia, que es necesario también comprender lo que cada persona trae en su corazón, nadie que anda muchos días fuera de casa, en una aventura que nadie sabe cómo va a terminar, pues lleven este estado de ánimo difícil”, refirió.
Con base a lo anterior, Cabrera López justificó las actitudes de los migrantes hacia el apoyo que se les ha dado.
“Uno que quisiera que todo mundo reaccionara positivamente, que todos fueran agradecidos con todo el esfuerzo que hace la gente por ayudarles, pero también hay que entender, no están bien, están sufriendo, vienen cansados, están fastidiados, no lo tomemos como una agresión personal, hay que tener paciencia”, insistió.