Ante las propuestas electorales de reutilizar los inmuebles antiguos del centro de Monterrey y redensificar la zona, expertos en restauración arquitectónica sugieren “poner lupa” a estos proyectos, con el fin de evitar riesgos para el patrimonio histórico y el desarrollo urbano.
La semana pasada, el candidato del PAN a la alcaldía de Monterrey, Felipe de Jesús Cantú, anunció su intención de liberar las densidades y usos de suelo de manera generalizada en el centro de la ciudad para repoblarlo con 50 mil familias.
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Sin embargo, Restáurika, empresa especializada en restauración de bienes muebles e inmuebles, advierte que una iniciativa de tal magnitud puede traer consigo conflictos muy graves que afectarían tanto en la conservación de los edificios antiguos como en la calidad de vida de los habitantes.
Selene Velázquez, cofundadora del proyecto, considera que, por una parte, es necesario revisar si la infraestructura de servicios (electricidad, drenaje, vialidades, etc.) es suficiente para soportar el aumento en la densidad poblacional.
Si se hace de manera irresponsable sería muy peligroso, asegura.
"Si quieres liberar el centro, puedes provocar un problema muy grande al traer a tantas personas y que la infraestructura no esté preparada, por ejemplo, ¿cómo están los drenajes de la ciudad? ¿Están preparados?", cuestiona.
Respecto a la reutilización de los inmuebles históricos, la experta afirma que lo ideal sería otorgarles un uso de suelo habitacional, con un esquema de multifamiliares de cuatro niveles o menos, sin necesidad de crear grandes torres de departamentos.
"En el centro hay mucho comercio, lo mejor es hacerlo habitacional. También puede traer familias a esta región y restaurar las casas para realmente habitarlas", señala.
Aunado a ello, Velázquez cuestiona que el municipio de Monterrey no cuente con un reglamento de protección al patrimonio arquitectónico que regule las formas y condiciones en las que los inmuebles antiguos pueden ser intervenidos.
Detalla que es urgente una normativa debido a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) únicamente protege las construcciones que datan del año 1899 o antes, pero el resto queda en “el limbo”.
"¿Qué pasa con el resto de la arquitectura? Nadie la protege", indicó.