El proyecto del cordón litoral, la obra de mayor magnitud en el sur de Tamaulipas para prevenir inundaciones por el impacto de un huracán, acumula cinco años atorada, pues desde 2018 entró a la cartera de inversión de la Secretaría de Hacienda y se le han etiquetado recursos, pero por diversos factores no ha podido arrancar.
Se trata de una infraestructura que salvará a la zona conurbada de un desastre, pero aún cuando se le ha asignado presupuesto para su fase inicial, ha enfrentado desde modificaciones técnicas hasta la transición del control de puertos, que primero estaban en manos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y ahora bajo la responsabilidad de la Secretaría de Marina.
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Este 19 de septiembre se cumplen 68 años del impacto del ciclón Hilda, que vino a desnudar la falta de previsión por parte de los tres niveles de gobierno y que dejó una tragedia de proporciones inimaginables.
“No se han aprendido las lecciones que dejó el Hilda”, sostuvo el historiador Francisco Ramos Alcocer, pues señaló que en la zona no se priorizan los proyectos para prevenir inundaciones y tanto gobierno como ciudadanía carecen de una cultura de prevención.
“Hasta que no vuelva a pasar una tragedia incluso con una tormenta fuerte, los gobiernos tomarán conciencia de la necesidad de invertir en este tipo de infraestructura, que suele ser cara, pero salva vidas”.
Aunque muchas cosas han cambiado y la zona no es la misma que hace 68 años, “el riesgo de una gran inundación está latente” si no se actúa en el cordón litoral, dijo, por lo que instó a empezar ya dicha obra, “y que la sociedad también sea previsora”.
Pese a que fue un fenómeno único en la región, al paso del tiempo no se le ha dado la atención debida. “Esto sucede porque los ciclones nos dejaron de afectar y no existe una cultura de prevención ciudadana”.
Una larga espera
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda, el proyecto del cordón litoral ha sido incluido dentro del presupuesto de egresos para el 2024, cuya propuesta fue entregada a la Cámara de Diputados para su discusión.
Requiere para su ejecución un monto total de 892.38 millones de pesos y cuenta para una primera fase con un monto aprobado de $207.24 millones en el PPEF del próximo año, informó el diputado federal Erasmo González Robledo, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública.
“Se espera que la Asipona Altamira ejecute las obras durante el ejercicio fiscal; este proyecto fue registrado por primera vez en 2018 y ha erogado recursos en ese año así como 2019 y 2020; en 2021 sufrió una modificación técnica que derivó en el alcance actual, ello, así como la transferencia administrativa de las Asiponas a la Secretaría de Marina y que se haya declarado desierta una licitación, ha retrasado el inicio de las obras”.
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En su primera etapa, consiste en la construcción de 13 rompeolas de 200 metros de longitud, con una separación de 200 m. entre estructuras, ubicadas a una profundidad de 2 metros y a una distancia variable de 120 a 155 m. de la costa hacia el mar, según el tramo.
También se contempla un relleno superficial de arena de 30 a 50 metros de ancho, en una longitud de 5 mil 650 m. de la playa sur, según la explicación técnica.
Un trágico día
El 19 de septiembre se recuerda como un día trágico en la zona. La entrada a Tampico del ciclón categoría 4 y la posterior inundación, provocaron la destrucción de la ciudad en 1955, dejando más de 50 mil damnificados y al menos 12 mil muertos
Con el agua que bajó por el río Guayalejo del huracán Gladys, más la acumulada del Janeth en la cuenca del Pánuco, la inundación creció de una manera impresionante.
En la Aduana el nivel del agua aumentó hasta seis metros; sucia, con animales muertos, serpientes y troncos, pasaba a una velocidad de más de 100 kilómetros por hora.
“Nuestra huasteca casi desapareció”, narró en 2018 el entonces cronista Marco Flores, ya fallecido. En una entrevista para MILENIO Tamaulipas, contó que en playa Miramar había una fosa común donde se arrojaron miles de muertos sin identificar.
El riesgo está latente, advierte, por su parte, Francisco Ramos Alcocer, porque la zona está rodeada de agua, con un Golfo de México y un sistema lagunario alimentado por uno de los ríos más grandes del país, como es el Pánuco.
SJHN