Este 25 de mayo, vence la concesión de la Plaza Isauro Alfaro que estuvo a manos de un particular a lo largo de los últimos 15 años y pasará nuevamente a ser posesión del ayuntamiento de Ciudad Madero y con ello, se tendrá el tan anhelado regreso de este espacio tradicional de convivencia familiar, así como dinamismo económico.
Todos recuerdan esta plaza hace una década y media, el punto de reunión obligatorio para los maderenses, ubicado en el centro de la zona centro de esta ciudad. Desde aquellas parejas que se declararon su amor y comenzaron su vida juntos. Aquellos padres con sus hijos debajo de la sombra de un árbol, es algo difícil de olvidar.
Pero también hay quienes durante este largo tiempo estuvieron a la espera de ver renacer la plaza Isauro Alfaro, pero que desafortunadamente ya no se encuentran en el mundo de los vivos. La pandemia del coronavirus abonó para que aquellos adultos mayores que también gustaban pasar el tiempo en este espacio, ya no llegaran a tan esperada fecha. Una plaza llena de vida, comentan los residentes de esta ciudad.
No podían faltar los famosos trolelotes de Ciudad Madero, tan recurridos por familias completas. El tradicional trenecito para pasear a los niños. Aquel jubilado ferrocarrilero (QEPD) que creó sus propios “carros” de madera para pasear infantes, que eran empujados con jóvenes.
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Sin olvidar a los boleros, también parte fundamental de esta plaza. Los abuelitos ya habían creado una adicción por lustrar sus zapatos mientras leían las noticias más relevantes en el periodico. En fin, un sinnúmero de oficios que subsistían en este lugar, incluyendo globeros y dulceros.
Celia Gómez Cervantes, representante del Sindicato de Aseadores de Calzado de Ciudad Madero, recordó cómo hace 15 años fueron reubicados hacia la explanada de la presidencia por la construcción del ahora estacionamiento subterráneo.
Platicó que todo su mundo se les vino abajo, para todos por igual, las cosas nunca volvieron a ser las mismas. Se fue la gente, disminuyeron los servicios, las ventas y prácticamente “el corazón de Ciudad Madero dejó de latir”.
Ahora, a pocos días de que pase a ser nuevamente de los maderenses, tienen la promesa de que volverán a ocupar sus antiguos espacios, con orden. Por ello, piden el apoyo de créditos para renovar sus sillas y también portar un uniforme para cambiar la imagen para bien.
“Fue una plaza que tenía mucha vida, muchas familias de las colonias aledañas venían a visitarla con sus hijos a pasear, a estar en la sombra, bolearse los zapatos, daba vida a mucha gente. Después vino el cambio, pensamos que iba a ser algo temporal, pero eso se prolongó a lo largo de estos 15 años, el señor de los carritos ya falleció. Dios quiera que se vuelva a activar, que vuelva a ser ese generador de empleo”.
También don Gregorio Hernández Cruz quien tiene 42 años de vender trolelotes, la mayor parte de ellos, fue en la plaza Isauro Alfaro, quien reconoció que también pasaron los tiempos más difíciles con el cierre de la misma.
Por lo contrario de los boleros, ellos se han acoplado a su nuevo espacio ubicado sobre la calle Carranza a dos cuadras de la plaza, donde aseguran que después de estos últimos 15 años, la gente ya los ubica y por ende, ya no consideran necesario volver a sus orígenes.
“Aquí ya nos ubica la gente, tantos años que tenemos aquí, la gente viene, se para y compra desde su vehículo o quienes pueden se estacionan y se bajan de la unidad para comprar, por nuestra parte creemos que ya no es necesario regresar, sería como empezar de cero otra vez”, puntualizó.
Permiso
De acuerdo con el decreto LIX556 que emitió el Congreso de Tamaulipas el 31 de mayo del 2006, el municipio otorgó la concesión para construir y operar el espacio por un lapso de 15 años, con opción a prolongarse 15 años más con solo la petición de la empresa.
La propuesta era rehabilitar la plancha superior, generar un nivel de estacionamiento subterráneo, un kiosco y una concha acústica o teatro al aire libre en un periodo de entrega no mayor a un año, para que entrara en operación el 2007, pero a lo largo de 15 años nunca ocurrió.
Después se efectuaron modificaciones al proyecto agregando dos niveles subterráneos más, uno para aparcamiento y otro para área comercial, así como la colocación de locales en la parte superior. El quiosco que fue retirado en la administración de Guadalupe González Galván, jamás fue encontrado de nuevo.
Después vinieron los problemas, pues la empresa Materiales y Construcciones Villa de Aguayo SA de CV quien tenía la concesión, incumplió y tampoco pagó al banco el adeudo por 175 millones de pesos. Tuvo problemas legales, le debió al banco y sus dueños Fernando Cano y Alberto Berlanga, estuvieron involucrados en el proceso penal del ex gobernador, Eugenio Hernández Flores y del ex mandatario Tomás Yarrington, ambos presos.
La última inversión aprobada que se realizó para esta plaza fue de 24 millones 604 mil 604 pesos mediante el programa Fortamun 2020