Durante más de 70 años, don Hilario ha vivido en carne propia los cambios de su tierra, su gente y la cultura; no obstante, esta última ha sido impulsada por el hombre que llevó las prendas tejidas, danzas y costumbres de Tochimilco a las distintas latitudes de Puebla y el resto del país.
Hilario Gregorio Pinzón Flores es reconocido en la localidad de La Magdalena Yancuitlalpan, en el municipio de Tochimilco, por su participación y labor para proteger las tradiciones de su localidad junto a su esposa Justina Moranche Aguilar, quien elabora diversas prendas en bordado artesanal y que buscan inculcar a las siguientes generaciones del estado.
Don Hilario, de 72 años de edad y con 63 años de trabajo como peluquero de su comunidad, ha visto pasar los cambios de Tochimilco; no obstante, su preocupación por mantener vivas las tradiciones de su tierra le han llevado a generar conexiones en el resto del estado y el país para enaltecer su cultura.
Con cariño y emoción, Hilario recuerda los años en que impulsó la labor hecha por su madre y esposa en la fabricación de prendas bordadas. Señaló que durante muchos años este tipo de trabajo no fue reconocido fuera de su lugar de origen. No obstante, en 1972 llevó diferentes trabajos textiles a Ciudad de México, punto donde fueron de gran atracción para los locales y visitantes.
Posterior a ese año, tanto el promotor cultural como su esposa recuerdan haber notado un cambio importante en 1975, pues comenzaron a acercarse personas de otros estados para adquirir camisas y blusas típicas de la región debido a su gran impresión. Desde entonces, señalan, la economía de las artesanas se vio enaltecido, incluso doña Justina comenzó a trabajar hombro a hombro con su suegra para cubrir los pedidos que tenían en ese entonces.
A la par, el reconocido como “Tesoro Humano Vivo 2021” de Puebla señaló que su mayor gusto durante estos años ha sido el impulsar las danzas tradicionales de su región, no obstante, ha aprendido y enaltecido cada baile típico que conoció en su recorrido por la entidad.
Danzas como las de los Tecuanes de Acatlán, los Quetzales de Cuetzalan y el Carnaval de Tlaxcala, entre otros, fueron llevados por Hilario a Tochimilco, sin embargo, exportó las tradicionales danzas de Yahuitlampeñas o Pastoras, contrabaile donde se entrelazan listones puestos sobre una asta.
“A mí me gusta la cultura, las danzas; son mi vicio las danzas, mi pasión y todo”, refirió mientras mostraba fotos en gran tamaño sobre sus diferentes participaciones culturales.
El reconocido filántropo del arte folclórico dijo que caminó por más de nueve horas por diferentes municipios para conocer nuevas tradiciones y exponer los bordados de su tierra.
“La satisfacción más grande que me ha dado esto es que di a conocer mi pueblo en otros lugares, seis o siete reconocimientos para llevar mi cultura a otros lugares”, finalizó.
AFM