Por cada denuncia de violencia escolar, al menos, existen cinco más, situación que demuestra que es un problema que está en crecimiento de un modo silencioso, con autoridades educativas que buscan ocultarlo y que requiere la atención de todos los sectores de la sociedad.
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José Leopoldo Castro Fernández de Lara, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla, destacó que, a tres años del primer caso de covid-19 y luego del periodo de confinamiento, la violencia escolar aumentó y se presenta como una muestra de la descomposición social.
“La violencia escolar tiene que ver con las condiciones en las que operamos las instituciones y ha aumentado, sí, porque después de la pandemia, las salidas de comunicación disminuyeron, entonces, sobre todo los adolescentes. Por un lado, tienen las probabilidades de comunicarse menos desarrolladas. Por otro lado, la tolerancia a la frustración es menor porque en la tecnología que es lo que media todas nuestras relaciones, todo es inmediato y en las relaciones humanas no, son procesos, entonces, cuesta más entender la diferencia y aceptar al otro”, destacó.
Por su parte, Dulce María Pérez Torres, investigadora en sociología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), expresó que la violencia escolar registró, al menos, un aumento mayor al 30 por ciento; sin embargo, se trata de un fenómeno que se trata de ocultar.
La violencia escolar, es decir, todo tipo de agresión que se presenta en el marco de los planteles escolares; sin embargo, ya traspasó las aulas y los alrededores, a tal grado que se tiene registrados de menores que son violentos en diferentes entornos.
“Se ha trabajado mucho sobre cómo prevenir la violencia escolar y el bullying. La pregunta es ¿Qué está sucediendo si al interior de la escuela estamos descomponiendo el tejido social? Entonces, en la parte de afuera es mucho más complejo tratar de armar esto que se ha venido descomponiendo a nivel social. El trabajo de los profesores es titánico, pero también, tiene que ver mucho con lo que sucede en el hogar”, destacó.
Violencia escolar, fenómeno complejo con responsabilidad de todos y sin denuncia
La violencia escolar es un fenómeno complejo en donde todos los integrantes de la sociedad, de una u otra manera, están permitiendo que las conductas violentas se presenten; además, existe el fenómeno de las redes sociales y en el ciberespacio en donde lo que más se observa son temas sexuales y la violencia.
José Leopoldo Castro Fernández de Lara, investigador del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Iberoamericana Puebla, comentó que los usuarios de redes sociales y de páginas de internet, enfrentan la necesidad de alimentar espacios con contenidos que puedan ser vistos o descargados.
“Hay que sumarle, uno de los hijos naturales de las redes sociales son las tendencias, lo que se hace viral y lo que, realmente vende, en las redes como en otros aspectos del mundo real, son los temas de lo sexual y los temas que tienen que ver con la violencia. Eso es altamente consumido. Entonces, poder, de alguna manera alimentar la necesidad de estas dos áreas para otras personas, es siempre una oportunidad para la gente que te está complaciendo y que está viviendo de cara a los demás. Es un fenómeno muy complejo, en realidad”, expresó Castro Fernández.
La forma en la que vive la sociedad en la que todo debe tener una respuesta inmediata y en donde el consumo de contenidos está aumentando, tanto por que se suben más a las redes como por una mayor demanda, impactan en que se presenten escenarios de violencia en las escuelas.
Al final, todos los integrantes de la sociedad tienen su parte de responsabilidad en la violencia que se presenta en diferentes escenarios, entre ellos, en las escuelas, resaltó el especialista de la Ibero Puebla.
A pesar de que las autoridades manejan sus propias estadísticas y de forma reciente dieron a conocer que en el ciclo escolar se tienen registrados 10 casos de violencia, escolar, la realidad, es que el problema es mucho mayor.
“Hasta que llega a pasar algo muy grave se registra, pero no hay un seguimiento. Lo que sí hemos visto en la consulta privada es que, los temas que tienen que ver con la ansiedad en los adolescentes, han aumentado muchísimo y un factor que contribuye a esto, es no sentirse seguros en el espacio educativo”, destacó. En el presente ciclo escolar, el cual, ya se realiza en su totalidad en formato presencial, las consultas de especialistas en psicología para atender a los estudiantes, principalmente, en la edad adolescente, registraron un aumento en comparación con las que se tenían antes de la pandemia de covid-19.
“Las consultas están más relacionadas con la crisis y la incapacidad que tienen los jóvenes de resolver problemas y de comunicarse de manera asertiva. Esto les genera ansiedad, depresión y a otros hasta tema de adicciones. Es como que cada personalidad busca una forma de manejar los conflictos”, expresó.
Uno de los mayores problemas en la actualidad se relaciona con que, dentro de la sociedad, hay una alta capacidad para normalizar la violencia y cada vez los buscadores de contenidos demandan que sea más escandaloso lo que se graba.
“Hay muchos más casos los que socialmente, admitimos que existen. Sí, claro, hay que hacer una muestra. Yo diría que es como, un poco, como mínimo, mínimo, la proporción es como de uno a cinco. Cada caso denunciado equivale a cinco que no se denuncian”, expresó.
Una gran parte de los casos de violencia escolar no se denuncia porque el tema termina siendo intolerable para la propia familia y para el propio afectado, quien ya no quiere ir a la escuela y ya presenta problemas emocionales graves como la enuresis, es decir, la micción involuntaria durante las noches, resaltó el investigador.
“Antes de llegar a los puntos máximos de violencia, hay niveles más sutiles que, también, se están registrando. Todos esos casos no se cuentan. Solo se cuentan los más graves”, apuntó.
Nos convertimos en espectadores ante la violencia escolar: investigadora Upaep
Ante la violencia escolar que está en aumento, pese a que las denuncias no se encuentren al mismo nivel, Dulce María Pérez Torres, investigadora en sociología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), resaltó que uno de los principales problemas es que la mayor parte de la sociedad se convirtió en espectadores.
Destacó que en los reportes oficiales puede encontrarse información de que la violencia escolar aumentó 30 por ciento; sin embargo, en la realidad, el problema es mucho mayor porque los estudiantes se mantienen en el silencio; además, los directores evitan que salga la información porque saben que habrá repercusiones a nivel de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
“Lo chicos ya no dicen, prefieren mantenerse en el silencio. Los directores mantienen esta parte porque saben que habrá muchísimas repercusiones a nivel de secretaría; y los padres de familia van y dicen, pero no se logra tener una respuesta”, resaltó.
El caso de violencia escolar registrado en el Estado de México, el pasado 21 de febrero, en el que la estudiante Norma Lizbeth perdió la vida luego de que fue citada y agredida por su compañera, se puede replicar, en cualquier momento, en Puebla, ante lo cual, es necesario que se fortalezcan las medidas de prevención y el trabajo por la reconstrucción del tejido social, explicó Pérez Torres.
Tras permanecer internada, Norma Lizbeth falleció el pasado 13 de marzo. Ante el caso, la Fiscalía de Justicia estatal dio a conocer que la agresión sufrida derivó en un traumatismo craneoencefálico cuya evolución ocasionó su fallecimiento.
“Sí se puede repetir. Desafortunadamente. Si solo se diera la noticia y la consecuencia, tal vez, la gente entendería lo que está pasando. Ahora hay una tendencia, un poco exhibicionista, y se repite y se repite el video. Tenemos que hacer por nuestra comunidad. Hay mucha violencia. Los chicos están sometidos a escenas en donde la sangre está presente, se ve en las imágenes y se naturaliza. En lugar de propuestas de solución, solo se repite el video”, lamentó.
CHM