¿Por qué acusan a un sacerdote de desaparecer a 21 personas?

Marcelo Pérez inició su activismo social en 2010, al intervenir en el conflicto que se desató en Simojovel, derivado de la llegada de bandas criminales

Acusan a un sacerdote de desaparecer a 21 personas
Abraham Jiménez
Chiapas /

Marcelo Pérez Pérez, sacerdote y miembro de la diócesis de San Cristobal de las Casas, nació en San Andrés Larráinzar, hijo de padres tzotziles originarios de la misma región, fue ordenado sacerdote en el año 2002.

El obispo Felipe Arizmendi, de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, implementó una estrategia con el fin de que los pueblos originarios fueran atendidos por sacerdotes nativos y fue en Chenalhó donde el sacerdote Marcelo Pérez trabajó durante diez años.

El 4 de agosto de 2011, el entonces obispo Felipe Arizmendi anunció el cambio del sacerdote Marcelo de la parroquia de Chenalhó hacia Simojovel, municipios vecinos y habitados en su mayoría por indígenas tzotziles.

“No he recibido ninguna petición de nadie para hacer el cambio. Nadie me lo ha pedido. Nadie. Espero que me crean. Es decisión mía, personal, por el cariño que le tengo al padre Marcelo. Ustedes lo han cuidado mucho. Con el favor de Dios no le ha pasado nada, mas que algunas acciones violentas para perjudicarlo”, dijo entonces el obispo Esquivel.

Sin embargo, de manera extraoficial se supo que la salida del sacerdote Marcelo Pérez de la parroquia de San Pedro Chenalhó, se llevó a cabo por las repetidas amenazas de muerte que recibió de grupos de poder de ese mismo municipio.

Mediador de conflictos sociales

Marcelo Pérez inició su activismo social en 2010, al intervenir en el conflicto que se desató en Simojovel, derivado de la llegada de bandas criminales de origen chino al municipio, con el fin de explotar las minas de ámbar, la piedra preciosa que tiene una alta demanda y que era sustraída mediante la explotación de niños y adultos.

Con el creciente comercio del ámbar en Simojovel, se registraron casos de narcomenudeo, prostitución, venta de alcohol, asesinatos, robos en tiendas y casa habitación, además de un aumento de cantinas, tráfico de armas y trata de personas.

Ante esto, mediante marchas se exigía a las autoridades combatir estos males, pero como acción social, se efectuaron diversas manifestaciones y marchas. Una de las más significativas, la llamada “Marcha por la paz”, fue encabezada en aquel entonces por el sacerdote Marcelo Pérez.

Todas estas actividades le trajeron como consecuencia al sacerdote, ser víctima de constantes amenazas de muerte y hostigamiento por parte del crimen organizado de la zona y de estas bandas de origen chino.

Dentro del movimiento Pueblo Creyente por la Defensa de la Madre Tierra, Marcelo Pérez encabezó peregrinaciones y actividades relacionadas con temas como el acceso a la salud, la pobreza y la violencia, dirigidas a la población de Simojovel. A pesar de la falta de voluntad política y protección, el padre Marcelo continuó con sus actividades religiosas en defensa de los derechos de los pueblos indígenas.

El 4 de noviembre de 2014, Ramiro Gómez Domínguez interpuso una demanda en la ahora extinta Procuraduría General de la Republica (PGR) contra el párroco Pérez Pérez, por lo que fue citado a comparecer.

El 25 de noviembre compareció ante la Procuraduría; en su comparecencia entregó información de haber encabezado diversas peregrinaciones, expuso el creciente número de cantinas clandestinas, venta de drogas, prostitución y tráfico de armas en Simojovel. Luego de esto, no se le imputó cargo alguno y la denuncia fue desechada.

Luego de esta situación y de 10 años de actividad eclesiástica, en octubre de 2021, Marcelo Pérez fue reasignado de Simojovel a la ciudad de San Cristóbal de las Casas, donde actualmente reside. Trascendió que el motivo de su nueva encomienda, obedecía nuevamente a las constantes amenazas de muerte contra su persona.

Durante el estallido del conflicto social en el municipio de Pantelhó, Marcelo Pérez nuevamente aparece para mediar entre las partes en conflicto, por un lado el grupo de autodefensas denominado "El Machete" y por otra, con autoridades gubernamentales. Las autodefensas exigían la salida del entonces alcalde electo Raquel Trujillo Morales, señalado de pertenecer a un grupo del crimen organizado.

Durante este proceso de expulsión de los simpatizantes del entonces alcalde y supuesto líder de un grupo armado llamado los Ciriles, a Marcelo Pérez se le observó siempre al lado de los comandantes de los Machetes, durante una asamblea informativa del 27 de julio de 2021. En esa ocasión, Marcelo pronunció un discurso en idioma tzotzil y se vió en compañía del comandante Machete y del hoy ex concejal municipal Pedro Cortés López, quien se encuentra preso en el penal "El Amate" en Cintalapa, Chiapas.

Tras la desaparición forzada que sufrieron 21 indígenas en el municipio de Pantelhó el 26 de junio de 2021, familiares de los desaparecidos solicitaron apoyo al sacerdote Marcelo Pérez para que estuviera presente en las mesas de conciliación y negociación, entre el grupo armado autodenominado “El Machete” y el gobierno estatal y federal, y con ello lograr la localización y el regreso de los 21 indígenas.

Sin embargo, los familiares de los 21 desaparecidos de Pantelhó al observar que no se mediaba mediante el párroco para lograr su localización, acusaron al sacerdote de estar vinculado con dicho grupo armado y ordenar la detención y desaparición de los indígenas.

El sacerdote católico confirmó que existe una orden de aprehensión en su contra y advirtió que no huirá ni se esconderá pues cree en su inocencia y sobre todo en la paz.


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