La presa Endhó se ha convertido en una gran letrina del Valle de México y su zona metropolitana, convirtiéndose en un enorme foco de infección para la zona del Valle del Mezquital, pero también en una fuente de riego para la producción agrícola.
Inés Molina ha vivido toda su vida en la zona aledaña a esta presa y el entorno es el mismo: devastación ambiental. Y es que esta presa recibe los desechos de la gran ciudad, ocasionando constantemente malestares a los habitantes.
Desde malos olores hasta exceso de basura son los problemas que deben enfrentar quienes tienen sus viviendas junto a esta presa, una de las más importantes de la zona, pero también la que concentra gran cantidad de basura.
El azolve en la presa ha causado paulatinamente la disminución en la capacidad de almacenamiento de la presa, pero ello no merma las afectaciones de esa presa a los mantos freáticos de la zona.
Esto ha causado daños en los pozos, pues la calidad del agua es mala debido a la presencia de metales pesados, como lo dio a conocer recientemente un grupo de investigadores de un proyecto de Conacyt que se ejecuta en la zona.
En los muestreos se detectó que en algunos pozos el nivel de arsénico, sulfatos, fluoruros, sodio y sólidos totales disueltos se encuentran por encima del límite máximo permisible contemplado en la Norma Oficial Mexicana (NOM) 127-SSA1-2021 sobre agua de uso y consumo humano.
Para nadie esto es un secreto, reconoce María Ramos, pobladora de Tepetitlán, quien refiere que desde hace años han pedido a las autoridades que se atienda el problema del agua contaminada, debido a las afectaciones a la salud.
En diversos momentos se evidenció la preocupación de las poblaciones cercanas por los daños a los acuíferos, pero acusó que el tema no se atendió debidamente y se desoyeron los llamados, ocasionando que muchas generaciones se expusieran a los contaminantes.
Elías Castillo Martínez, alcalde de Tepetitlán, dio a conocer recientemente que los habitantes de varias comunidades de su municipio consumen agua contaminada, lo cual representa una severa problemática.
Por lo menos son siete localidades en las que sus pobladores que no pueden acceder a agua embotellada, consumen agua que tiene mercurio, plomo, arsénico y magnesio, elementos dañinos.
Por ello el mandatario consideró urgente que la región de Tula sea declarada como una zona de emergencia sanitaria para que se destinen recursos económicos que permitan sanear el área.
Lucas Rodríguez expresó que durante el sexenio se ha especulado sobre avances en torno a la declaratoria de emergencia, pero expuso que como pobladores del área aledaña esta presa tienen dudas sobre la conclusión de este proceso, debido al avance mínimo que existe.
Mientras tanto la basura sigue llegando a la presa, la cual ocasiona malestares como infecciones entre los habitantes, como lo señala Raúl Meza, quien constantemente presenta problemas en la piel por los contaminantes.
Aunque con la falta de agua en el Valle de México las descargas se han reducido, el grado de contaminantes en esa agua residual es enorme y los malos olores en la zona continúan, pero sobre todo los daños a los mantos acuíferos, un problema de largo plazo.