"Hay que hacer sentir a todos los niños incluidos", indica psicólogo ante regreso a clases

El psicólogo social, Joaquín Colín, recomienda labor de acompañamiento entre docentes y padres.

En los centros educativos todavía existen grandes retos que afrontar pues aún tienen prácticas que las tendencias educativas inclusivas cuestionan. Es
Susana Paredes
Monterrey, Nuevo León /

En este y en todos los regresos a clases  hay un sector de la población infantil al que se debe de poner atención especial para que se sienta incluido y arropado en las aulas, y para eso es necesaria una labor de acompañamiento entre docentes y padres de familia, expresó Joaquín Colín, psicólogo social.

En México hay una población de 29.3 millones de niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años, y de este segmento poco más de 580 mil menores presentan alguna discapacidad.

“No hay que hacer sentir a nadie diferente, por más que tengan otras capacidades o ciertas limitaciones, son humanos, no son diferentes. El reto de la humanidad es la inclusión, inclusión en razas, en diversidad de género, en discapacidades intelectuales y físicas, todos somos humanos”, declaró Colín.

El especialista impulsa los objetivos del organismo civil Educación sin Barreras, que busca la inclusividad de todos los menores en los sistemas educativos oficiales y privados.

“Educación sin Barreras NL inició hace dos años con una exigencia a la Secretaría de Educación del Estado de parar los casos de exclusión en escuelas privadas y cumplir con lo que estipulan las leyes y tratados internacionales suscritos por México”, explicó.

Aunque existen leyes que obligan a escuelas a aceptar a menores con alguna condición, los centros educativos todavía existen grandes retos que afrontar pues aún tienen prácticas que las tendencias educativas inclusivas cuestionan, añadió.

“En el sector público es más limitado, porque en las escuelas privadas pueden tener cuatro o cinco psicopedágogas o psicólogos que estén trabajando, y en el sector público puede haber uno o dos para toda primaria o toda secundaria”.
“El sector público puede verse más limitado por la mayor cantidad de alumnos y no solamente es que tengan un psicólogo, es que exista este puente entre padres de familia y el psicólogo, que los dos estén en sintonía y en acompañamiento”, agregó Colín.

Asegura que para los alumnos con discapacidad o neurodivergencia el cambio de grado o el cambio de plantel educativo suele ser un proceso más difícil que para un alumno neurotípico, por lo que recomienda a los padres de familia y docentes el acompañamiento.


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