En la vejez se siguen dando frutos, contrario a lo que una parte del mundo piensa, y es una etapa que implica el don de la vida larga que merece la gratitud y la admiración de todos los integrantes de la sociedad.
Tomás López Durán, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Puebla, llamó a respetar y a valorar a los adultos mayores que siguen adelante en medio de las dificultades y que siempre tienen una enseñanza para todos.
En el marco de la celebración de la Jornada Mundial de Abuelos y Personas Mayores, que lleva como tema principal “En la vejez seguirán dando fruto”, y que se realiza este domingo 24 de julio, López Durán resaltó que los abuelos y los adultos mayores constituyen un valor y un don tanto para la sociedad como para las comunidades eclesiales.
“El Papa Francisco ha tenido a bien, convocar este año, la segunda jornada por los abuelitos y ancianitos y les concede la indulgencia plenaria, cumpliendo los requisitos que son la confesión sacramental, la comunión y la oración”, resaltó López Durán.
Resaltó que el Papa Francisco llama a que la ancianidad no se considere como un tiempo inútil en el que las personas se hacen a un lado, sino que es una estación para seguir dando frutos y una nueva misión que espera e invita a dirigir la mirada hacia el futuro.
“El Papa Francisco, con un profundo sentido de gratitud y admiración por los abuelitos y personas mayores, por quienes el Santo Padre hoy celebra la segunda jornada mundial bajo el lema tomado del Salmo 92, Verso 15: “n la vejez seguirán dando frutos”, expresó
López Durán llamó a ir contracorriente para valorar y respetar a los adultos mayores que requieren de renovar sus esperanzas e ir en contra de quienes aseguran que se trata de una etapa de decadencia.
“Esto va a contracorriente respecto a lo que el mundo piensa de esta etapa de la vida y, también, con respecto a la actitud resignada de algunos de nuestros hermanos mayores que siguen adelante, sí, pero con poca esperanza y sin aguardar ya nada del futuro”, apuntó.
En la iglesia católica, es fundamental considerar que los adultos mayores afinaron su humanidad en el cuidado de los demás y hoy pueden ser maestros de una forma de vida pacífica y atenta a los más débiles.
“Al llegar la vejez y las canas, dice el Papa Francisco, seguirá dándonos vida y no dejará que seamos derrotados por el mal, confiando en él, encontraremos la fuerza para alabarlo cada vez más y descubriremos que envejecer no implica solamente el deterioro natural del cuerpo o el ineludible pasar del tiempo, sino el don de una larga vida”, comentó López Durán.
Resaltó que hoy se hace la invitación a escuchar la sabiduría de los años que es, particularmente, significativa en el contexto del camino sinodal que la Iglesia ha emprendido en Puebla y en todo el mundo.
“La vida es un don de Dios y tenemos que agradecerla, disfrutar, aprovecharla, haciendo el bien. Envejecer, proclama el Papa Francisco con énfasis, envejecer no es una condena, es una bendición”, finalizó.
CHM