De Pueblo Viejo para México: ostión, la perla de la corona en el sector pesquero

El molusco norveracruzano es comercializado en estados como Guanajuato, Jalisco, Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León, Querétaro y la Ciudad de México; las ventas empiezan a recuperarse luego de lo más duro de la pandemia, afirman productores

Riqueza natural de la huasteca
Cristina Gómez y Pablo Reyes
Tampico /

Es la perla de la corona en el sector pesquero y piedra angular de la economía de miles de familias en el norte de Veracruz que viven de su captura y comercialización. Es el ostión de la Laguna de Pueblo Viejo, riqueza natural de este rincón de la huasteca e ícono de una actividad que pese a las adversidades se mantiene inquebrantable.

Estado ostionero por excelencia, el litoral de Veracruz es quien más aporta al país este molusco bivalvo. Y es que llegó a generar el 70% de la producción nacional que actualmente es un 50%, siendo Pueblo Viejo, Tamiahua y Tampamachoco los principales proveedores. 

Ostión. Tiene una concha de forma irregular y asimétrica, de cara exterior áspera y oscura
Ubicada en el municipio del mismo nombre, que cuenta con una población de poco más de 58 mil habitantes, donde la Laguna de Pueblo Viejo simboliza el esfuerzo de familias enteras que toda su vida han pescado el ostión en sus profundidades.

Quienes se dedican a la pesca afirman que todo el molusco que se extrae de la Laguna de Pueblo Viejo y de la Laguna de Tamiahua se encuentra en buen estado

Iván Villanueva, presidente de la Cooperativa Única Regional señala que el ostión que venden cumple con todas las medidas sanitarias, de acuerdo con análisis microbiológicos que ellos realizan en el laboratorio de la Universidad del Noreste. 

Mostró un documento donde el jefe de la Jurisdicción Sanitaria de Pánuco, Daniel Eduardo del Ángel López, valida que el muestreo realizado al producto de su establecimiento no presentó Vibrio Cholerae, por lo que reúne las condiciones sanitarias del molusco. 

El escrito refiere que el estudio lo hizo el Laboratorio Estatal de Salud Pública el 17 de enero del presente año. 

“Los estudios que les hemos sacado a petición de la Jurisdicción Sanitaria de Pánuco han salido bien. Nosotros extraemos las muestras y las llevamos a la Universidad del Noreste en Tampico y son los que hacen el análisis y nos dan el resultado. Nos piden medio litro de pulpa y ellos hacen el resto”.

Cooperativas reportan que apenas se está reactivando la venta de ostiones de la Laguna de Pueblo Viejo, lo que para ellos representa un respiro pues ya estaban desesperados por la falta de ingresos. Y es que desde que comenzó la pandemia de coronavirus sus ventas cayeron hasta en un 80 por ciento, debido a que la gente no salía de sus hogares y cuando por fin empezó el desconfinamiento, la ciudadanía se mostraba temerosa a comprar ostiones.

“Se venden unas 300 medidas por día, nos estamos recuperando porque se habían caído las ventas. Mandamos el ostión de Pueblo Viejo para León, Guadalajara, México, Torreón, San Luis Potosí, Monterrey y Querétaro, sólo por mencionar algunos lugares, ya nos están haciendo pedidos otra vez”.

En los pedidos de compra se envían los ostiones en su concha o en pulpa, dependiendo si buscan comérselo crudos o guisados. Son cuatro cooperativas en la Laguna de Pueblo Viejo. 

Se trata de la Voluntad y Trabajo, 21 de Marzo, Mata de Chávez y la Única Regional. Renato Morato, presidente de la Cooperativa de Producción Pesquera La Ribera de Tampico Alto, destaca que la pandemia de coronavirus desplomó la venta de ostiones, por lo que buscan convencer a la gente de que no existe ningún riesgo al consumirlo. 

Dice que constantemente se hacen pruebas por parte de Salud en los vasos lacustres, para corroborar que se encuentren en buenas condiciones y que no han tenido ningún problema, como había sucedido años anteriores. 

“Se pueden preparar a la diabla, bañados en salsa diabla con tocino, gratinados con queso manchego, sopa chilena de la casa, con base de caldo de camarón, ostiones con vino blanco, mantequilla y crotones”, detalla el representante pesquero en la región.

Pesca de ostión.


La amenaza

Ambientalistas afirman que los bancos de ostión han venido a la baja en las últimas décadas, pues de extraerse casi 5 mil toneladas del producto en 1980, hoy no se llega ni a una décima parte en cantidad y calidad. Señalan que esto se debe a la contaminación que le inyecta el vecino municipio de Tampico, con el que solo lo separa el río Pánuco. 

El afluente se conecta a la Laguna de Pueblo Viejo mediante un canal situado en su parte noroeste. Roque Montiel, afirma que por ese conducto llegan aguas residuales que desecha el sur de Tamaulipas.

Miguel Verástegui apunta que otra amenaza es el uso de plaguicidas en los campos de siembra, pues en época de lluvias conduce escurrimientos de químicos directo al vaso lacustre.

Los ostiones están fuera de los menús de restaurantes en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, ya que se encuentra prohibida su venta en cualquier modalidad por representar un riesgo para la salud.


El presidente de la Asociación de Empresarios Restauranteros y Alimentos Condimentados, Reyes González del Ángel, precisó que desde el problema del cólera que se registró hace años quedó prohibida su comercialización. 

Luis Gerardo Moncada, titular de Coepris en Tampico y Ciudad Madero dice que al no estar prohibido el ostión en Pueblo Viejo solo se pide no comerlo crudo. Sostiene que hasta el momento no se han recibido reportes de intoxicación por ingerir ostiones en mal estado.

Hoy en día el ostión se vende sin restricciones en el mercado de pescados y mariscos. La Puntilla de Tampico, que a su vez se abastece de las cooperativas pesqueras de Pueblo Viejo, ya que no se produce en la ciudad. 

A decir de los oferentes, el producto no ha perdido la demanda y sigue siendo solicitado por las familias, que lo piden en su concha, por pieza o desconchado en bolsas que van de los 25 a los 50 pesos. 

Aseguran que el molusco que ahí se vende está en buen estado. Un estudio realizado por el Instituto Politécnico Nacional, destacó que no se pretende cesar la actividad económica de las lagunas costeras, sino generar un manejo y control adecuado de las mismas para que se dé una explotación sustentable y así permitir la supervivencia y correcto desarrollo de las especies que habitan en ellas.


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