Octavio González ha dedicado la mayor parte de su vida a realizar esculturas de bronce. Puerto Vallarta ha sido el lugar que ha albergado muchas de estas piezas, en las que ha quedado plasmado su amor por la naturaleza y los animales, y el estrecho e íntimo vínculo que tienen con el ser humano.
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Actualmente está ante uno de los retos más importantes de su carrera, algo totalmente distinto al trabajo por el cual se le ha reconocido hasta ahora, pero que le abrirá nuevas puertas; la realización de una figura dedicada a la comunidad LGBT de esta zona.
"Desde niño yo siempre he respetado al de color, al de ojos rasgados, al LGBT, a la LGBT, a los elles y a las ellas. Hay muchísimos escultores, diferentes estilos y cada escultor marca a un grupo de gente según su gusto y otros y otros, como la música, toda la diversidad de música que tenemos", aseguró.
La escultura será colocada en un edificio de Puerto Vallarta donde trabajan personas de esta comunidad. La pieza parte de un concepto clave, en el que explora la idea de que todos somos personas, no importa si somos hombres o mujeres ni la preferencia u orientación sexual.
Aunque reconoce que será un reto para su carrera debido a las críticas que puede generar entre el gremio, aseguró que no le preocupa pues quiere dejar un legado para esta comunidad desde su propia trinchera, el arte.
Octavio González nació en Tepatitlán, aunque desde hace muchos años vive en Puerto Vallarta. En este lugar su obra es ampliamente reconocida, destacando de entre las más de 350 esculturas que ha hecho en su vida, la de la ballena, ubicada en Marina Vallarta o la famosa Fuente de los Delfines sobre el Malecón.
Octavio, asegura que una parte vital de su trabajo, son las personas que colaboran con él, sin ellos nada sería posible.
"Gracias a mis trabajadores sin ellos yo no tuviera nada de fama y reconocimiento, porque ellos se la parten mañana y noche, días completos sin dormir", detalló.
Una vez terminada la escultura LGBT, la cual dijo, lleva un avance del 90 por ciento, Octavio espera iniciar un nuevo proyecto, uno dedicado a su única hija, quien es la inspiración de su trabajo. Esta obra quiere que se instale en Nueva York, donde vive ella, y llevará por nombre “Las Madres de la guerra”, la cual como su título lo adelanta explorará el dolor y la tragedia de las madres americanas que ven partir a sus hijos a la guerra.
MC