El Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia conmemora la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para desclasificar la homosexualidad como trastorno mental en 1990. Sin embargo, fue hasta el 2004 que este proyecto de promulgación fue creado, y hasta 2005 cuando pudo celebrarse.
Pero aún con el reconocimiento de los derechos y vivencias de la comunidad LGBTTTIQ a través de instancias internacionales y nacionales con reformas y nuevas leyes, hay espacios que no se han vuelto seguros como consecuencia inmediata, por lo que lugares de trabajo, entornos familiares y las dinámicas públicas siguen a veces en la inercia de la discriminación, por ello, en lo que concierne a la difusión de temas de esta índole, la comunidad espera que la cobertura periodística tenga un mínimo de apertura, conocimiento y reconocimiento de los derechos humanos de las personas trans, homosexuales, lesbianas, no binarias y queers a la hora de publicar contenido relacionado.
“Creo que es un tema que se debe tratar constantemente y no solo en fechas como ésta, porque de aquí al otro año ya murieron miles más y la conciencia que se genera a veces solo dura para dos días (…) se agradece que tocan los temas pero hemos visto por años que solo tocan los mismos temas y las mismas orientaciones: gays, lesbianas y trans. Deben buscar expertos porque sin duda, muchas ocasiones los términos que utilizan no son correctos, terminan censurando y dando un mensaje incorrecto”, dijo para MILENIO Karen Vera, hidalguense queer.
Asimismo Nate, hombre trans, mencionó que “creo que hace mucha falta la inclusión de diversidad de cuerpos, tonos de piel, géneros y orientaciones, y que dejen de ser sensacionalistas con cosas como ‘tal actor/actriz se declara no binario o gay como si no fuera lo normal”.
Finalmente, Ame Caballero, quien se identifica como mujer lesbiana ahondó en que “falta perspectiva de género, conocer mejor el tema de disidencias sexuales. En ocasiones se reproducen discursos de desigualdad, se usan términos que violentan a la comunidad como burla. A veces se descuida la dignidad de las personas que fueron víctimas de delitos de odio”.