La población de perros y gatos crece todos los días, al igual que la cantidad de residuos que generan de forma natural, por lo cual resulta importante pensar cuál será su destino final y no simplemente entregarlos al camión recolector, sin tratar de reducir los daños ambientales que generamos en el día a día con cada una de nuestras actividades.
Esto fue lo que llevó a expertos en el tema a buscar soluciones simples que puedan ser usadas en cualquier hogar y con pequeñas cantidades que poco a poco hagan la diferencia, en este caso, convirtiendo los desechos de tu mascota en bellos jardines que además de embellecer el ambiente permitan una mejor calidad del aire.
En el Estado de México existen dos pequeñas empresas mexiquenses dedicadas a la enotecnia sustentable, dirigidas al manejo de los residuos orgánicos que se pueden generar en una casa, un restaurante, un comercio o un hotel, con lo cual se logra reducir sustancialmente las toneladas de residuos que se genera diariamente en la entidad mexiquense.
La generación de excretas
María de Lourdes Pulido, CEO de la empresa Ecotecnia Sustentable, indicó que se trata de dar una nueva utilidad a los restos de fruta y verdura, así como a las excretas de las mascotas, ya sea de gato o perro, así como de los pollos o el estiércol del ganado ovino, bovino o porcino, del cual se generan grandes cantidades todos los días.
Una mascota promedio, de tamaño mediano, de acuerdo con el Inegi, genera en promedio, entre 300 y 500 gramos de excretas al día y como en el país existen alrededor de 43 millones de perros y gatos, se están generando 896 mil toneladas diarias de excretas que no tienen un destino y tratamiento específico, indicó.
Un porcentaje importante de esta cantidad, acotó, está en la calle, en parques, jardines o banquetas, porque a nivel nacional hay un promedio de 10 millones de perros y gatos en situación de calle, más la gente que saca a sus animales y no se hace responsable de las heces de su perro.
En el artículo denominado “Contaminación parasitarias de heces de perros, recolectadas en las calles de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México”, Ignacio Martínez Barbosa, Elena Marcia Gutiérrez Cárdenas, Eruviel Arturo Alpizar Sosa y Rodrigo de Jesús Pimienta Lastra, abordan este tema y reportan el hallazgo de formas parasitarias en 37 por ciento de las muestras analizadas, donde la falta de recolección de la materia fecal y las corrientes de aire favorecen la posible inhalación y deglución de huevos de lombriz, lo cual favorece el desarrollo de la infección en personas que laboran y habitan alrededor de esa fuente de infección.
Lourdes Pulido advierte que la cifra de mascotas es creciente y que las cifras el Inegi se han quedado cortas, aunado a que los estudios se interrumpieron por la pandemia, por lo cual las cifras reales son seguramente mayores, sobre todo ahora que algunas familias están optando por tener perros en lugar de hijos.
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Además, es necesario tener claro que el ganado vacuno emite gases, al igual que los humanos. Todos generamos gases metano, pero en el caso de las mascotas y los humanos no llegamos a más de 45 grados, pero sí perjudicamos nuestro oxígeno como tal, y en el caso del ganado es la huella de carbono más fuerte que existe a nivel nacional, porque ahí se genera hasta 75 grados centígrados, un ambiente propicio para que las buenas enzimas empiecen a morir, dando paso a los virus y bacterias.
Por esa razón, un potrero se tarda 10 años en volver a equilibrarse y ser fértil.
¿Qué proponen?
A través de la biotecnología al controlar los olores bajan la emisión de gases, evitando que llegue fauna nociva que potencializan la degradación y transformación de estos desechos en una composta, rica en nutrientes, que al final se puede utilizar para los jardines y en las plantas de ornato, en el caso de las heces, y si proviene de desechos orgánicos, de frutas y hortalizas se reintegra como tierra nueva favoreciendo a los suelos.
Para ello venden biodigestor y apoyan a la instalación y al uso, a través de un grupo multidisciplinario de agrónomos, biólogos, administradores y financieros que pueden guiar en todo el desarrollo, respaldados por el ITESM, campus Toluca, donde tienen las cepas en copropiedad.
El biodigestor tiene una vida útil de 25 años. Se trata de un polímero que tiene dentro un controlador de hongos, olores y rayos UV. Cuando ya no tiene utilidad, lo pueden regresar a la empresa para que lo trituren, se convierta en otro producto, sin necesidad de tirarlo a la basura.
“Lo pueden usar de manera personal o donarlo para un parque o hacer una composta con causa. Con un análisis específico de tierra para que pueda ser comercializado por alguien más sale entre 25 y 28 pesos el kilo, para hacer sustentable y sostenible el proyecto como tal”, destacó.
Un biodigestor para el uso de una a tres mascotas tiene un precio de 3 mil pesos y ya viene con su catalizador por seis meses, que es lo único renovable, lo que representa un costo de tres pesos diarios, pero se estaría dando respuesta a la generación 2030, con la reducción de 40 por ciento de residuos, logrando detener el deterioro ambiental desde casa.
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Estas dos empresas iniciaron en 2017. Ya tienen presencia en Chile, Colombia y Ecuador, pero en noviembre harán presencia en Alemania. A nivel estatal han participado con los municipios de Atizapán de Zaragoza, Toluca y Metepec, además de estar en Guadalajara, donde se tiene normatividad para todos los desechos de los perros y gatos.
En el último año han captado 40 toneladas diarias, que han evitado se vayan a los rellenos sanitarios, generando conciencia para una buena disposición y cuidado ambiental.
PNMO