La medida que tomó el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador para combatir el huachicoleo resultó ser una crisis, y en Jalisco, no fue la excepción: las compras de pánico, las largas filas en las gasolineras, la baja en la venta de muchos productos, fueron algunas de las muchas consecuencias que dejó el desabasto de la gasolina que afectó a prácticamente en toda de la entidad.
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Se tiene conocimiento que el desabasto del producto comenzó a aparecer desde finales de diciembre de 2018, pero fue a principios de enero de 2019 cuando la crisis se comenzó a multiplicar, no solo para los ciudadanos sino para los trabajadores del transporte público, las empresas, el turismo y hasta para los funcionarios públicos, quienes también tuvieron que hacer largas filas para adquirir el producto.
Ante el hecho, las gasolineras comenzaron a tomar ciertas medidas preventivas a fin de reducir crisis reduciendo la venta del producto; a partir del 5 enero cada auto podía poner solo 300 pesos de gasolina, equivalente a máximo 20 litros, y evitaron que la ciudadanía adquiriera la misma en bidones o pipas, lo cual estaba prohibido; sin embargo, entre más pasaba el lapso, mayor el tiempo de esperar para cargar el vehículo que, en muchas de las ocasiones, no daba para llenar el tanque.
Para el 7 de enero, las filas eran cada vez más extensas, tanto que las personas tenían que esperar hasta una hora para adquirir la gasolina, e incluso, hubo etapas en que se empezaban a entorpecer el tránsito en algunas carreteras del estado, sobre todo, en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG). Y por otro lado, algunas de las gasolineras tuvieron que cerrar momentáneamente hasta que las pipas comenzaran a abastecer su estación.
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Apenas un día después se supo que alrededor de 350 estaciones de servicio ya no tenía gasolina, es decir, el desabasto de la gasolina rondaba en el 70 por ciento, lo daba a conocer ese mismo día, el presidente de la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros, Pablo González Córdova, quien confirmó que no llegaron los 15 millones de litros de hidrocarburo que prometió Pemex enviar para solucionar la situación crítica que atravesaba la entidad jalisciense.
Un día después, el gobierno federal había anunciado que el desabasto culminaría esa tarde, pero en el AMG la falta de gasolina ya era del 50 por ciento, siendo en la zona centro la de mayor de escasez; sin embargo, la crisis se empezó a desprender por todo el interior del estado, en al menos otras cuatro regiones, como lo fue en los Altos, Valles, Sierra de Amula y la Ciénega, donde en al menos 24 municipios de esa zona no contaban con el producto.
Por ejemplo, en Tala solo una de las siete estaciones tenía el producto; en Lagos de Moreno la escasez era del 75 por ciento; mientras que en San Juan de los Lagos, San Diego de Alejandría y San Julián ascendió hasta el 90 por ciento. Aunque en este último no había combustible.
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Algunas dependencias locales en la AMG como Protección Civil y Bomberos, Aseo Público, Servicios Médicos e incluso Seguridad Pública, se comenzaban a ver afectados por el problema, pues no daba abasto para que pudieron operar de manera regular los servicios públicos, lo cual causó polémica a la hora que brindaban el servicio.
De hecho, el gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, acusó que Pemex no estaba suministrando los barriles de combustible como se había prometido llevar al estado, lo que ponían en cuestión que la crisis podía acrecentar.
Para el tiro de gracia, la Secretaría de Hacienda anunció que a principios del año el costo de gasolina sería 13 por ciento más caro con respecto al año anterior, lo que hizo que se levantaran protestas a lo largo de todo el territorio jalisciense.
Fue hasta a los 24 días de enero cuando poco a poco se comenzaba a establecer el servicio de gasolina, lo que indicaba que más tarde que pronto desaparecerían las grandes filas y las horas de espera, pero sobre todo, los servicios de la función pública y la iniciativa privada recuperaban su fuerza.
SRN