En la primera entrega de este reportaje se señaló la posible reestructuración de funciones del Censida. Los cambios ya fueron confirmados por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, quien acotó que no significan la desaparición del centro.
El portavoz de las autoridades de Salud también comentó que trabajan con la academia y sociedad civil en un programa nacional encaminado a cumplir los objetivos 90-90-90, una estrategia de ONUSida que busca erradicar la epidemia de VIH en el mundo.
Al respecto, activistas y expertas de organizaciones civiles entrevistadas por Cimacnoticias esperan que estos ajustes refuercen la atención hacia la población femenina que vive con VIH, pero advirtieron de los riesgos de que no perduren las acciones construidas por la sociedad civil, especialmente en la labor de acompañamiento a mujeres seropositivas y prevención de la transmisión del virus de madre a hijo (perinatal).
Lo anterior debido a la suspensión del subsidio que Censida otorgaba a las organizaciones civiles para ejecutar acciones de prevención, detección y atención de personas que viven con VIH y Sida, luego de la orden presidencial de no darles más recursos.
LA REESTRUCTURACIÓN
En México la mayor parte de las campañas y mensajes frente a la epidemia del VIH y sida se han dirigido a las poblaciones con mayor prevalencia (hombres), dejando rezagada la política de prevención en mujeres, a pesar de que el principal factor de riesgo es la transmisión sexual por parte de sus parejas.
De acuerdo con Censida, la tendencia de los casos de VIH y sida en mujeres por transmisión heterosexual representan más de 60 por ciento.
En 2017 las mujeres representaban 21 por ciento de las 230 mil personas que viven con VIH en el país.
Además, ocurrieron 79 casos de transmisión perinatal, mientras mil 263 mujeres embarazadas recibieron tratamiento antirretroviral.
A pesar de estas cifras, la directora ejecutiva de la organización Balance, Oriana López Uribe, consideró que las mujeres han estado invisibilizadas de la respuesta frente al VIH, principalmente por la separación de los servicios de salud reproductiva y los de VIH dentro de la organización del sistema de salud.
Actualmente los servicios y programas dirigidos a las mujeres y neonatos están fragmentados entre el Censida y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGySR). Dicha separación de responsabilidades no ha facilitado la sinergia para la atención de las mujeres, una de las cuestiones que deberían abordarse en la reestructuración del Censida, dijo López Uribe.
No obstante, la idea de mantener al Censida es con el objetivo de dar prioridad a los programas de VIH y sida, si bien debe resolverse la conveniencia de integrar los servicios de salud reproductiva con los VIH, el perfil del Censida no tiene que ser menor, agregó la oficial de Incidencia de Balance, Corina Martínez Sánchez, respecto a la transformación del Censida en el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas.
Para Martínez Sánchez una preocupación es que aún no se defina quién estará en la dirección de Censida. “Entendemos que hay cambios, pero esos no pueden ser tardíos, y sobre que todo que sacrifiquen la calidad de salud de las personas”, comentó.
Mientras se efectúa este reacomodo, la presidenta de la Fundación Nacional de Mujeres por la Salud Comunitaria, Guillermina Gómez Arellanes, comentó que ya empiezan a perderse estrategias que favorecen a las mujeres portadoras del virus. Por ejemplo, el programa para prevenir la transmisión perinatal que iba aplicar este año la Fundación con la Organización Panamericana de Salud está estancado por la falta de recursos. La organización y servidores públicos se capacitaron en el Ministerio de Salud de Cuba, que logró erradicar la transmisión perinatal.
Lo mismo sucede para otras organizaciones sin que hasta ahora se cubran sus tareas en investigación, trabajando directo con las poblaciones y participando en el diseño de políticas públicas, detalló la defensora de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y ex integrante de la extinta Red Posithiva Cancún, Silvia Chuc Aburto.